La situación económica será el eje primordial de la convención que el PP tiene previsto celebrar a partir del viernes en Sevilla. Y lo será, además de por lo obvio, por la reciente constatación de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero sigue dando bandazos provocando esa incertidumbre que, a ojos de Mariano Rajoy, tanto daño hace al sistema.
Sin ir más lejos, la pasada semana la titular de economía, la vicepresidenta Elena Salgado, convocó a su homólogo popular, Cristobal Montoro, para hablar de las pensiones, en el marco de la nueva reforma que plantea realizar el Ejecutivo.
Una cita en la que, según las fuentes consultadas por Libertad Digital, la ministra no aportó ninguna medida concreta sino que fue una mera toma de temperatura. Por su parte, los populares volvieron a ofrecer su recetario; exactamente el mismo que ya le entregaron en la frustrada comisión de Zurbano.
Lo único nuevo de la reunión "secreta", según el PP, es que ya no se convoca a los medios de comunicación, como sí se hacía antaño. Ahora bien, "ni un solo papel" y"ni una sola propuesta".
Cosa parecida ocurre con la anunciada reforma de las Cajas de Ahorro; hasta ahora únicamente se han producido llamadas telefónicas, la última con Zapatero y Rajoy como protagonistas. Tampoco entonces hubo concreción.
Por todo ello, el PP avanza que su postura es de "acusadísimo escepticismo" ante los pasos del gabinete gubernamental, que ahora se dedica a "fabricar titulares" que luego no valen nada.
En cuanto a su ideario, el equipo económico de Rajoy asegura que existe y coge en mano la propuesta planteada en la citada Zurbano para añadir que "no somos originales" sino "previsibles".
De todo ello hablarán en la cumbre de la capital hispalense, donde también empezarán a esbozar el Programa Marco de la formación para las elecciones autonómicas, punto este en el que será abordada la tan comentada situación de las Comunidades Autónomas.