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Toro: "Prefiero estar en la cárcel por tráfico de drogas a estar por explosivo o por asociación con terroristas"

El ex cuñado de José Emilio Suárez Trashorras, Antonio Toro, negó haber ofrecido explosivos, sino que fue el acusado Rafá Zouhier quien le preguntó por los que aparecieron en una garaje en Avilés (Asturias) y que él dedujo que eran de Trashorras porque "era minero". La declaración de Toro comenzó en esta octava sesión del juicio del 11-M, después de la de Trashorras que también negó cualquier relación con los explosivos. Toro finalizó su declaración negando pertenecer a ninguna banda terrorista. "Ya sé que no está bien traficar con hachís, pero prefiero estar en la cárcel por tráfico de drogas, que es lo mío, a estar por explosivo o por asociación con terroristas".

El ex cuñado de José Emilio Suárez Trashorras, Antonio Toro, negó haber ofrecido explosivos, sino que fue el acusado Rafá Zouhier quien le preguntó por los que aparecieron en una garaje en Avilés (Asturias) y que él dedujo que eran de Trashorras porque "era minero". La declaración de Toro comenzó en esta octava sesión del juicio del 11-M, después de la de Trashorras que también negó cualquier relación con los explosivos. Toro finalizó su declaración negando pertenecer a ninguna banda terrorista. "Ya sé que no está bien traficar con hachís, pero prefiero estar en la cárcel por tráfico de drogas, que es lo mío, a estar por explosivo o por asociación con terroristas".
L D (Agencias) Toro, quien se enfrenta a una petición del fiscal de 23 años de cárcel, corroboró en cierto modo la versión que ofreció Trashorras sobre el tráfico de explosivos, en el que negó estar involucrado, cuando dijo que fue Zouhier, ex confidente de la Guardia Civil al que Toro conoció en la prisión de Villabona (Asturias), quien le preguntó por los explosivos.

"Nunca –destacó– he ofrecido explosivos a (Francisco Javier) Lavandera", ex confidente de la Guardia Civil que alertó en 2001 del tráfico de explosivos en Asturias, lo que derivó en la llamada "operación Pipol" en la que fue encontrado el citado garaje con explosivos y en la que Trashorras y Toro fueron condenados recientemente.

Agregó además sobre los explosivos que "nunca entregue una muestra a Zouhier" -como sostuvo el ex confidente en su declaración- "ni los he ofrecido, ni los he vendido", insistió Toro para después explicar que fue "Rafá quien preguntó por los explosivos que habían aparecido en la cochera y yo deduje que podían ser de Trashorras" por su condición de ex minero.

Toro también sostuvo que el día después de los atentados, Trashorras fue a su casa muy nervioso diciendo que "los amigos de Rafá habían sido los del lío de Madrid", aunque sobre los nervios de su ex cuñado, matizó, "el era así" y "cuando supe que era esquizofrénico entendí muchas cosas".

En ese momento, prosiguió, no supo a que se refería Trashorras, porque él solo conocía a un amigo de Zouhier, Lofti Sbai, y a "El Chino" sólo le había visto una vez en la reunión del McDonalds de Moncloa, en noviembre de 2003, a la que acudió para acompañar a su hermana, la también acusada Carmen Toro, porque tenía miedo de que le pasara algo.

Por eso, cuando Trashorras le comentó sus sospechas el día 12, Toro le dijo que eso eran tonterías y que "se dejara de gilipolleces". "No entendía porque decía que los amigos de Rafá Zouhier eran los del lío de Madrid", reiteró al explicar que fue más adelante cuando comprendió que se refería a "El Chino", al que el, tras la reunión del McDonalds en Moncloa, conocía como "el de los dientes grandes".

Admitió también que el mismo 11-M estuvo en Madrid para recoger la droga que le había encargado a Sbai, pero como ocurrieron los atentados y había mucha vigilancia éste le dijo que no se la podía dar y ese mismo día se volvió a Asturias y regresó el fin de semana a Madrid para asistir a la fiesta de cumpleaños de su proveedor de drogas. Ante la insistencia de la fiscal Olga Sánchez, Toro declaró que nunca vio que Trashorras "proporcionara explosivos a nadie, ni a Rafa", en alusión a Zouhier. También habló de la reunión que mantuvo con Zouhier, Trashorras y "El Chino", al que no conoció hasta ese día.
 
Respecto al momento en que Trashorras le dijo, tras los atentados, que sospechaba de "los amigos de Rafa", indicó que el ex minero "estaba nervioso". Cuando la fiscal le ha preguntado por las numerosas llamadas registradas en el teléfono de su hermana Carmen Toro procedentes del móvil de Antonio, ha dicho que siempre "tuvo mucha relación" con ella. Además ha insistido en que "no se hablaba" con Emilio desde que se casó con su hermana.
 
El procesado añadió que nunca ha estado en Mina Conchita -de dónde según la investigación procede parte de los explosivos-, ni en ninguna otra mina.  Señaló que su presencia en Madrid durante los meses de enero y febrero de 2004 obedecían a su interés por comprar "mercancía" (hachís) o irse de fiesta, y admitió que en dichas ocasiones se encontró en la capital con Zouhier.
 
En cuanto a su coincidencia en la cárcel de Villabona (Asturias) con miembros de ETA, Toro precisó que esto no es cierto, y que si lo dijo Zouhier a su contacto en la Guardia Civil, de la que era confidente, "luego se ha demostrado en los careos que se lo ha inventado todo".  En otro momento afirmó: "Nunca he colaborado, colaboro o colaboraré con la Policía", y negó cualquier relación con el inspector jefe de Policía de Avilés (Asturias), Manuel García Rodríguez, "Manolón", del que era confidente su ex cuñado.
 
Antonio Toro reconoció que su padre tiene varios amigos en la Guardia Civil de Avilés, aunque negó haber recibido trato de favor por parte de la Benemérita. "Lo único que ha hecho la Guardia Civil es meterme 6 años en la cárcel", dijo, en referencia a la condena que recientemente se le ha impuesto tras el juicio por la denominada "Operación Pipol" de tráfico de explosivos.
 
Dijo también no tener relación con otros miembros de la denominada trama asturiana, como Javier González Díaz, alias "dinamita", con excepción de Ivan Reis, con quien coincidió trabajando en la misma empresa. Requerido por la defensa de este procesado, señaló que éste aún mantiene una deuda con él por temas de hachís y negó haberle amenazado por ello con una pistola.
 
A preguntas de su abogado, Juan Carlos Herranz, Toro insistió en sus afirmaciones anteriores y negó cualquier relación con el tráfico de explosivos o con miembros de ETA. "La primera vez que he visto a uno (etarra)ha sido estando ahora en la cárcel", afirmó el procesado. Preguntado por que había "desnudado" ahora ante el tribunal sus actividades con el hachís, Toro señaló que "en la vida" a colaborado con ninguna organización terrorista, y que no tiene nada que ver con el 11-M.
 
Carmen Toro, sobre la finca de Morata: "No se habló de nada anormal"
 
Tras la declaración de Antonio Toro, le ha tocado el turno a su hermana y ex mujer de Emilio Suárez Trashorras, Carmen Toro, quien sólo ha querido contestar a las preguntas de su abogada. La letrada centró su intervención en conocer la relación que tenía con su marido, Suárez Trashorras. Carmen Toro declaró que la trataba "bien", aunque la situación económica no era buena, y por eso ella tenía que trabajar.
 
Carmen Toro está acusada del delito de suministro de sustancias explosivas, por el que la Fiscalía solicita 4 años de prisión, la menor de las penas pedidas a los 29 procesados por su relación con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. La fiscal refleja en su informe de conclusiones provisionales la existencia de numerosas llamadas a su teléfono de distintas personas supuestamente relacionadas con la masacre y de varios de los jóvenes que trabajaban para su marido e intervinieron en el transporte de explosivos a Madrid.
 
Carmen Toro ha afirmado que no habló con ninguno de los imputados por teléfono, y que a pesar de que estuvo en la reunión del McDonalds se sentó en una mesa apartada y no oyó lo que allí se dijo. Asimismo, la ex mujer de Trashorras ha afirmado que "fuimos a la finca de Morata porque me dijo que había unas fincas muy económicas y a ver si nos comprábamos una". Y ha añadido que "en esa casa no se habló de nada que fuera anormal". Carmen Toro ha dicho también que desconocía que su marido era confidente policial y que sólo sabía que trapicheaba con hachís y que era portero de una discoteca. 
 
Negó también que invitara a Jamal Ahmidan a su boda e indicó que fue una ceremonia privada y no acudió ninguno de los amigos de Trashorras. "¿Cómo voy a invitar a un moro a mi boda?", dijo. Negó también que el inspector jefe de la Policía Manolo García le proporcionara nunca un empleo y dijo que de todos los procesados, únicamente conocía de vista, además de a las personas que asistieron a los reuniones en los McDonalds a Iván Granados. En cuanto a "Manolón" explicó que sabía que Suárez Trashorras se llevaba "bien con él" pero destacó que pensaba que la afirmación de su marido de que era "confidente" era "exagerada". "Yo le veía por el pueblo y ya está", dijo.
 
La ex mujer del asturiano destacó, a preguntas de su abogada defensora Mónica Teresa Peña que, a pesar de todo lo que ha "escuchado" tras la detención de su marido, que se produjo un año después de su boda, siempre le ha quedado la idea de que "no ha hecho nada nunca". Explicó que se separó de él por varios motivos entre los que se encontraba "la distancia" y las recomendaciones de su familia. Dijo que además influyó en su decisión las "cosas" que ha ido leyendo, entre las que se dice que el ex minero "solía estar con mujeres". "Que estén ellas aquí en lugar de yo", añadió.
 
Describió a Suárez Trashorras como una persona muy "agradable" y que "simpatiza mucho con la gente". Dijo además que puede llegar a "pasar el día entero hablando por teléfono", cosa que también hizo durante su viaje de novios.
 
A continuación declaró Raúl González, acusado de tráfico de explosivos, que se negó a contestar al fiscal y el resto de las acusaciones. Manifestó que sólo respondería a su abogado pero este interrogatorio se realizará en la próxima sesión. 

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