(Libertad Digital) Ha sido esta vez la fiscal, Olga Sánchez, la que preguntó a un amigo de Jamal Ahmidan, "El Chino", por la relación directa de éste con miembros de ETA. El testigo protegido dijo que Jamal le relató en 1994 que mantenía contactos con la banda terrorista ETA con los que incluso había llegado a hablar de la posibilidad de fabricar artefactos explosivos utilizando bombillas. La fiscal preguntó entonces, intencionadamente, cómo era posible que relacionara la masacre de Madrid con estas palabras de El Chino si el explosivo utilizado en los trenes no tenía nada que ver con bombillas. Pero señaló que no sólo Jamal le comentó su relación con etarras, en concreto con una persona mayor, sino que el hermano de éste, Rachid Ahmidan, tras los atentados le dijo que "El Chino" conocía a miembros de la banda terrorista y que la masacre de Madrid podía tener relación con ETA.
El amigo de "El Chino" tardó unos minutos en acceder a la sala del tribunal ya que quería que le garantizaran que su imagen no iba a ser emitida. "Este es el juicio de unos asesinos que han matado a mucha gente y no importa uno más", se justificó a preguntas de los abogados de la acusación.
El testigo relató que vio a El Chino dos veces tras salir de prisión en Marruecos y discutió con él por dinero y aseguró que escuchó conversaciones entre Abdelillah y Almidan en la que hablaron de "una transación" para pasar a El Chino 10.000 euros para pagar su fuga de la prisión.
"Me pareció muy fuerte", indicó y explicó que por ello, tras los atentados de 2004 en Madrid, se puso en contacto con la Unidad Central de Inteligencia (UCI) para informarles de este hecho. Después de informar de estos datos a la UCI, el testigo recibió la visita de periodistas de El Mundo que tenían copia de su declaración y que insistieron en que les contara lo mismo que a las fuerzas de seguridad, añadió el amigo de "El Chino". Por otra parte, relató que el acusado Abdelilah El Fadual El Akil era el "hombre de confianza" de "El Chino". Ambos eran amigos, dijo, y les vio juntos en múltiples ocasiones. Aunque por otra parte reconoce que después de que "El Chino" volviera de Marruecos, no tenían contacto y le veía de lejos
El testigo, también colaborador policial después de los atentados, reconoció, a preguntas de la fiscal que escuchó una conversación telefónica en que reconoció la voz de "El Chino" y en el que éste pedía a otra persona que le llevara un "mesmar", palabra árabe que en argot puede traducirse por arma, a una carretera situada en el norte de España, cerca de Burgos. En su declaración ante el tribunal, El Fadual El Akil fue interrogado sobre si participó en esta conversación y negó haberlo hecho. Dijo además que el término árabe sólo significaba "clavo" y no "arma".
Reconoce a "El Chino" en el vídeo a pesar haber perdido el contacto con él
A petición de una de las acusaciones particulares, el testigo, que reconoció haber comenzado a colaborar con la policía poco antes de los atentados, visionó nuevamente el video de reivindicación de los atentados, que fue depositado en una papelera cercana a la Mezquita de la M-30 después de la masacre.
Uno de los hermanos de El Chino, que también visionó el vídeo en la sala, dijo que no reconocía su voz. "No, no lo tengo claro" que fuera él. Sin embargo, el testigo reconoció "sin ninguna duda" a Jamal Ahmidan como la persona que lee el comunicado, porque según dice se "nota que le cuesta hablar porque lleva una dentadura postiza". Y eso a pesar de no tener contacto con él desde hacía años. Añadió que otro de los tres hombres que aparecen en la imagen podía ser Rachid Oulad Akcha, otro de los suicidas de Leganés, por su postura "algo inclinada".
Declaró finalmente un testigo protegido que afirmó que fue él quien facilitó a la policía los datos que llevaron a identificar a El Chino. Este testigo relató que unos días después del 11-M llamó a la policía para que investigaran a Jamal Almidan "pero no les salía por ningún lado". "Les facilité la identidad que tenía cuando le ingresaron en la cárcel de Moratalaz, Said Tlidni y de ahí sacaron la ficha policial y la foto".
El testigo declaró que conoció en 1997 en un bar a Abdelilah El Fadual El Akil, para el que la Fiscalía pide 12 años de prisión por un delito de pertenencia a organización terrorista, era "la mano derecha" de Jamal Ahmidan, El Chino y que ambos se dedicaban al "tráfico de estupefacientes y de cualquier otra sustancia". Aseguró que El Chino empezó a cambiar a partir de finales de 1999 y a "radicalizarse e interesarse por el tema integrista y fanático". Dijo también este testigo, del que las defensas intentaron desvelar su identidad y tuvo que impedirlo el juez Bermúdez, que Jamal Almidan conoció a Abú Dahdah, supuesto jefe de la célula de Al Qaeda en España.