En un comentario de su página personal de Internet, Leguina cree que en la decisión de cerrar la central burgalesa siete años antes de que concluya la vida útil que le había otorgado el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han confluido "muchas de las contradicciones que lleva en el mochila el Gobierno de ZP".
"En primerísimo lugar, la que existe entre, por un lado, la ideología 'progre' -que no progresista- que encarna el presidente del Gobierno, y, por otro, la tozuda realidad", manifiesta el parlamentario madrileño.
A su juicio, esa ideología 'progre', "que exigía el cierre inmediato de la mentada central", chocó de frente con "la pérdida de miles de puestos de trabajo y la eliminación de una fuente de energía limpia que este país no puede permitirse".
A ello se unieron, según el ex diputado socialista, "multitud de opiniones contrarias al cierre", en las que ha coincidido "mucha gente sensata, incluido el ex presidente del Gobierno Felipe González".
Por ello, Leguina cree que Zapatero, "contrariando todos sus íntimos impulsos, que le empujaban a cerrar la planta", ha tomado una decisión "salomónica" con la que, "queriendo contentar a todos, ha desairado a tirios a troyanos".
En este contexto, el ex presidente de la Comunidad de Madrid critica que ahora, "para intentar arreglarlo, el Gobierno socialista "se saque de la manga una ley-testamento --en la España de ZP cada problema se soluciona con una ley-- mediante la cual pretende mantener esta decisión más allá de la presente legislatura".
No obstante, Leguina advierte de que si Zapatero vuelve a ganar las próximas elecciones generales, cerrará la central nuclear de Garoña, pero "si las pierde, ésta seguirá abierta, con o sin ley-testamento".