(Libertad Digital) El comisario encargado de dirigir el Servicio de Asuntos Islámicos de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) desde 1999 hasta 2005 indicó ante el tribunal del 11-M que el Comisario Jefe de la Unidad recibió una llamada en la que se le informó de la localización de la casa donde se ocultaba la célula terrorista islamista sobre las tres de la tarde de aquella jornada. El testigo estaba comiendo con él en el momento en que se produjo la comunicación.
El testigo, que se ocupó de coordinar a los miembros de la UCIE en la operación realizada en la casa de la Calle Carmen Martín Gaite de Leganés el 3 de abril de 2004, explicó que el comisario jefe concretó, a partir de ese momento, las tareas a desempeñar para comprobar si el piso era efectivamente "el que interesaba". Además, el responsable de la UCIE informó a la Unidad Central de Información y al jefe de Información Interior del hallazgo, dijo.
Tras las primeras comprobaciones, el comisario jefe ordenó el envío de dos funcionarios a Leganés que cotejaron con la inmobiliaria que alquilaba el piso el nombre del actual inquilino, indicó. La UCIE se encargó de los pasos previos a la operación a partir de los cuales se inició el desplazamiento a la zona de altos cargos de la Policía, los GEO y otros cuerpos, concretó.
"Poco después se confirma que la casa está habitada y que los que están dentro son árabes", precisó el comisario, que no se desplazó en ningún momento a la localidad madrileña donde se produjo el suicidio de los siete terroristas islamistas.
Continuó con su relato de los hechos que le llegaban de oídas y dice que sobre las cinco y media de la tarde llegaron noticias de que se habían producido disparos que partían del interior del piso y de que "parece ser que se escuchaban cánticos en árabe", que "parece que un hombre ha huido en un vehículo", que un hombre ha huido corriendo del inmueble. "El individuo detecta a los funcionarios y sale corriendo", explicó y añadió que los agentes le persiguieron y no pudieron alcanzarle. "Me comentaron que era imposible atraparlo, que era un atleta", dijo.
Sobre el desalojo de las viviendas, ha dicho que lo sabe "después porque eso ya no son medidas nuestras". A la pregunta de cómo se cercioraron de que en el piso podían encontrarse los supuestos terroristas, respondió que él eso no lo "controla", "porque yo no doy las instrucciones, pero sé que se mandan a los funcionarios que ya habían estado intentando loalizar el piso".
Intervención del teléfono de "El Egipcio"
El testigo dio, además, su "visto bueno" a un informe elaborado por funcionarios a su cargo sobre el acusado de la autoría intelectual de los hechos, Rabei Osman El Sayed, alias "Mohamed El Egipcio". En función de los datos recogidos en el documento, que relacionaban al procesado con grupos islamistas integristas, solicitó a las autoridades italianas en 2001 que se interceptara el teléfono de Osman El Sayed.
El abogado defensor de "El Egipcio", Endika Zulueta, llevó a cabo un duro interrogatorio en el que intentó contrastar la veracidad de varios de los datos reflejados en el informe, como el hecho de que su cliente hubiera sido muyaidin en Afganistán al servicio del líder de Al Qaeda Osama Bin Laden. El testigo indicó que las informaciones que sustentaron el informe fueron recabadas por otros funcionarios y que él se limitó a firmarlo, eludiendo así justificar su veracidad.
La insistencia de Zulueta le valió una reprimenda del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, que preguntó al letrado si su intención era cuestionar la intervención telefónica practicada a "El Egipcio" y le recordó que existe una sentencia en Italia que condena a su cliente por pertenencia a organización terrorista.
Aquí su interrogatorio también estuvo plagado de lagunas como por ejemplo que no se acuerda de quiénes fueron los funcionarios que elaboraron el informe sobre El Egipcio y que él firmó sin contrastar.