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EL NEW ZEALAND, LEJOS DE LOS SUIZOS

El Alinghi gana el primer asalto por la Copa del América

La embarcación suiza Alinghi ha dado el primer paso para conservar la Copa del América de vela, al imponerse en la primera manga de la serie que se disputa al mejor de nueve, al neozelandés Team New Zealand por 35 segundos sobre la línea de llegada.

La embarcación suiza Alinghi ha dado el primer paso para conservar la Copa del América de vela, al imponerse en la primera manga de la serie que se disputa al mejor de nueve, al neozelandés Team New Zealand por 35 segundos sobre la línea de llegada.
L D (Carlos Morenilla/Valencia) En un día muy intenso, el Alinghi mantuvo su concentración y ganó la primera regata. Habrá que ver lo que puede mejorar el New Zealand, pero salvo que se produzca una gran sorpresa, el duelo final bien podría acabar el próximo viernes con un 5-0.
 
 El Alinghi se ha mostrado como un equipo con mucho carácter. Desde antes de salir al campo de regatas, los suizos han puesto de manifiesto su conocimiento del “terreno de juego”, como cabe esperar del equipo de casa. Antes de la salida, una patrulla acrobática de reactores suiza ha  efectuado una demostración de maniobras sobre el Port America´s Cup cuando el Alinghi abandonaba su base y se dirigía al campo de regatas.
 
Probablemente contagiados por la espectacularidad de la exhibición que se producía sobre sus cabezas, el Alinghi ha enviado a un hombre a lo alto del mástil de cada uno de sus dos barcos el SUI 91 y el SUI 100, ha mandado izar sus velas mayores, y así, con un viento de proa de 12 nudos, se ha dejado remolcar por el canal de salida de apenas 40 metros de ancho. Vamos que el barco tumbado no cabe en el canal. No dudo que hubieran sido capaces de salir a vela en tan angosta ruta y con el viento en contra.  Ha sido toda una declaración de intenciones. Les han dicho a los kiwis: ésta es mi casa y la conozco como la palma de la mano. Y así ha sido.
 
La pre-salida
 
El New Zealand, que entraba por estribor, se ha abalanzado a toda vela sobre el rival. Ed Baird, en el defensor, apenas ha tenido tiempo de virar para buscar con su proa el viento, cuando los kiwis ya estaban en su costado vigilándolos desde la derecha, un poco retrasados como mandan los cánones. Ahí viene la primera sorpresa, Baird ordena claramente a sus hombres de proa acuartelar las velas para que el barco se deslice hacia popa, vamos, marcha atrás. New Zealand se ha descompuesto, no ha podido mantener la posición y ha roto el compromiso. Alinghi se ha mantenido a popa del neozelandés, ha controlado todo el cajón de pre-salida y ha arrinconado a los kiwis detrás del barco comité. Dean Barker ha sacado la máxima velocidad de su barco y se ha separado lo bastante para virar. Alinghi estaba en posición de taparles la línea de meta, pero no lo ha hecho, ha caído hacia la boya y ha elegido claramente el lado izquierdo del campo de regatas. Salida igualada con New Zealand a barlovento y a estribor. Típico de Ed Baird. Si llega a estar Peter Holmberg a la caña de Alinghi, ahí acaba la regata: los kiwis se estrellan contra el barco comité o salen a la popa de los suizos.
 
La regata: velocidad y pánico
 
El New Zealand ha encontrado más agua antes de cruzar la meta por la maniobra de Alinghi y ha salido con más velocidad. En los primeros metros el pánico cundía en los aficionados de Alinghi, que son casi todos, porque los kiwis a pesar de ser muchos están en franca minoría. Las pantallas gigantes mostraban cómo el barco neozelandés aventajaba a Alinghi metro a metro. Cuando ya casi habían conseguido una eslora de ventaja, la estrategia de los suizos empezó a dar sus frutos. Llegaban a una zona de viento más intenso, por encima de los trece nudos, y Alinghi empezó a remontar. El SUI 100 se comía cada segundo un metro de la ventaja de su oponente. La cosa estaba clara, si New Zealand no se iba de su estribor, Alinghi mantendría la posición hasta colocarse a su proa. Dean Barker no ha querido verlo. No ha querido esperarse. Cuando ha comprendido que no podían mantener la velocidad de Alinghi, ha hecho bordo y se ha ido al otro lado.
 
En las pantallas de meteorología que los contendientes no pueden conocer, el lado de Alinghi era claramente mejor, pero no se han quedado, han hecho bordo y se han ido a marcar a New Zealand. Ahora ellos estaban a barlovento pero los kiwis aún tenían una pequeña ventaja. He visto a Ernesto Bertarelli enfocar a su rival con los prismáticos láser durante unos segundos, después ha hablado con Butterworth y se ha ido a ayudar con la escota de la mayor. No sé lo que ha dicho, pero lo imagino, algo así como: “tranquilos que no pueden con nosotros”. El pánico ha dado paso a la velocidad. El SUI 100 en cuanto la racha de viento llegaba a 13 nudos le sacaba diez metros a su rival. Los neozelandeses han desafiado a Alinghi a una guerra de viradas y en dada una de ellas ha perdido distancia. No, estos no son Luna Rossa. Aquí no hay errores. Viran sin apenas perder velocidad y Alinghi es capaz de recuperar el rumbo antes que New Zealand y eso sí que es una gran noticia. En un momento determinado, Juan Vila, el navegante español de Alinghi se ha puesto en pie con la tableta electrónica de apoyo a la navegación y ha mandado virar a la boya. Alinghi ha montado Barlovento trece segundos antes que New Zealand.
En la primera popa la ventaja ha crecido a cuatro esloras. Después, New Zealand no ha podido remontar nunca y la diferencia ha llegado a ser de más de seis esloras, siete, ocho, doscientos metros. El bamboleo de Dean Barker tras la rueda, con esa cara tan seria, asemejaba a la siniestra imagen de un hombre colgando de una soga. No, no ganará New Zealand. Creo que la revancha de Auckland tendrá que esperar a otra edición. Treinta y cinco segundos en meta son un mal presagio para los kiwis. Se inventarán algo, siempre lo hacen, pero lo tienen difícil. Cinco a cero, puede ser un pronóstico acertado.
 
La Presidenta de la Confederación Helvética y la Alcaldesa
 
El día ha empezado con varias recepciones oficiales. La presidenta de la Confederación Helvética ha oficiado de anfitriona en la base de Alinghi y ha recibido a la Alcaldesa de Valencia para agradecer la hospitalidad valenciana y la oportunidad que se ha dado a Alinghi de navegar en nuestro mar como si fuera Suiza. Vestida con vaqueros, un sueter marinero de rayas azules y con pulseras de plata vieja en las muñecas, la Presidenta se ha mostrado como una mujer atractiva, inteligente y carismática. Ha regalado un reloj suizo tradicional como los de las estaciones de tren helvéticas a la ciudad de Valencia. Hablaba con elocuencia y simpatía pero en francés. A la Alcaldesa Rita Barberá, vestida con un traje de chaqueta y falda plisada, lo del francés no se le ha dado muy bien, pero en cuanto ha pasado a hablar en español la ha entendido todo el mundo, hasta los suizos, porque derrocha simpatía, alegría y cariño. Después de darse tres besos con la presidenta, como se hace en suiza, han terminado las dos haciendo el signo de la victoria. Rita Barberá lo hacía mejor, porque como ella misma ha dicho:” ya tengo mucha práctica”.
 
A partir de este sábado, en el Port America´s Cup se respira más tranquilo. Pasará lo que sea, pero New Zealand no ha podido sorprender desde el principio como había hecho hasta ahora. Ahora mismo, nadie cree que la Jarra de la Cien Guineas vaya a ser reconquistada por los neozelandeses. Ahora la incógnita no es quién va a ganar, sino por cuánto.  

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