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El Gobierno de Dinamarca quiere capear la crisis financiera entrando en el euro

Justo cuando se manifiesta la crudeza de la UE a dos velocidades, el Gobierno danés quiere estabilizar su economía entrando en el euro, a pesar de no tener el respaldo ciudadano. Y no es el único, la CE dice que Gran Bretaña también podría incorporarse a la eurozona.

Justo cuando se manifiesta la crudeza de la UE a dos velocidades, el Gobierno danés quiere estabilizar su economía entrando en el euro, a pesar de no tener el respaldo ciudadano. Y no es el único, la CE dice que Gran Bretaña también podría incorporarse a la eurozona.

LD (L. Ramírez / M. Llamas) En un momento en el que el debate sobre la posibilidad de que algún país deba salir de la eurozona para que la divisa comunitaria no sea un lastre para la recuperación de la crisis económica, países como Dinamarca y Gran Bretaña retoman la idea de entrar en la Unión Monetaria para capear el temporal financiero.

El mercado cifra en un 30% las posibilidades de que algún estado tenga que volver a recuperar su moneda nacional ante la imposibilidad de realizar devaluaciones que permitan elevar la competitividad de las exportaciones, reestructurar el nivel salarial del conjunto de la economía y eliminar un corsé que, en estos momentos, lleva a algunos países –como a Irlanda- a plantearse pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los estados que están en las quinielas son los del arco mediterráneo e Irlanda, cuya burbuja inmobiliaria alimentada por los bajos tipos de interés han provocado, como en España, una crisis sin precedentes. A España y a Irlanda se suman Italia, Grecia e incluso Bélgica.

Así, se retoma el debate sobre la vuelta a la Europa a dos velocidades, donde Alemania y Francia liderarían una recuperación con una moneda única (el euro) que, en el fondo, sirve casi exclusivamente a los intereses de estos países. De hecho, los presidentes del Banco Central Europeo (BCE) son franceses o alemanes, los verdaderos impulsores de la divisa y las locomotoras europeas.

En este contexto, estados que hasta ahora no estaban integrados en la eurozona –fundamentalmente por el rechazo de la opinión pública- y que disponen de economías abiertas y competitivas, están planteándose aprovechar el desplome económico para incorporarse a la Unión Monetaria.

Bruselas dice que Reino Unido quiere el euro

Ya el pasado diciembre el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, dijo que Gran Bretaña está "más cerca que nunca" de integrarse en la zona euro. Barroso desveló que los políticos británicos están considerando esta opción debido a los efectos de la crisis financiera sobre la economía británica.

Aunque el presidente de la CE es conciente de que la "mayoría" del pueblo británico rechazaría esta opción, sin embargo, reconoce que la reciente incertidumbre económica ha hecho de la moneda única una opción más atractiva entre la clase política y social británica.

"Ahora estamos más cerca que nunca" de esta posibilidad",
según Barroso. "No voy a violar la confidencialidad de ciertas conversaciones, pero algunos políticos británicos  me han comunicado que si estuviéramos en el euro estaríamos mejor", informa la cadena británica BBC.

En esta línea está también el Gobierno de Dinamarca, según informa la edición alemana del diario británico Financial Times. Así, el primer ministro Fogh Rasmussen "está preparando a Dinamarca para su admisión en la eurozona".

No se trata de un interés baladí, ya que "Rasmussen se está moviendo de forma agresiva para lograr el éxito en un eventual referéndum para la adhesión de Dinamarca a la eurozona". "Pienso que estabilizaría a la economía danesa en tiempos de crisis si tuviéramos el euro. No tengo ninguna duda sobre esto", explicó el primer ministro, aunque no adelantó ninguna fecha para lograr este objetivo.

El único candidato real

Aparte de la discutida entrada de Gran Bretaña en la Unión Monetaria, la eventual incorporación de Dinamarca "no sería una carga para la estabilidad de la divisa comunitaria", explica FT. De hecho, la CE cree que sería el único país que podría adherirse a la eurozona en el corto plazo.

Rasmussen argumenta que la política de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) tiene muchos puntos de conexión con las del Banco Central de Dinamarca. "Para estimular la economía, en la actualidad las tasas de interés deben ser reducidas, pero para proteger la divisa, una se ve obligado a subir los tipos de interés. Es una paradoja", explicó Rasmuusen en una entrevista al diario Politiken.

En los últimos meses, los tipos daneses han sido más altos que los de la eurozona (en algunas ocasiones con una diferencia del 1,75%). En la actualidad ronda el 1%. La divisa nacional, el krone danés, no ha caído mucho en comparación con la divisa sueca o con la libra esterlina, lo que sirve de argumento al primer ministro danés para afirmar que su conclusión es que "Dinamarca tiene que estar allí en el corazón de Europa, es el lugar al que pertenecemos y creo que para el pueblo danés es un argumento irrefutable".

La burbuja de la deuda soberana

Detrás de la incorporación de Dinamarca o Reino Unido en el euro puede estar la intención de vacunarse contra futuros incrementos de la rentabilidad de la deuda pública que deberán afrontar todos los Gobiernos en sus planes de rescates financieros. Ni siquiera tener el dólar o el euro asegura a un país poder colocar bonos del Estado a un precio asumible por las arcas públicas, pero ayudará si explota lo que ya algunos analistas califican como la nueva "burbuja de la deuda".

La expansión creditica en los últimos años provocada por las políticas de tipos de interés de los bancos centrales han generado un aumento artificial del dinero en circulación y unos niveles de deuda privada que no son asumibles en un entorno recesivo. Por ello, los Estados emiten deuda pública, para compensar esta falta de liquidez de familias y empresas. Pero como la tendencia al dinero barato durante los últimos años ha sido universal, todos los países deberán emitir deuda, inundando los mercados de bonos.

Estos bonos son adquiridos por todos aquellos inversores que huyen de la renta variable por el desplome bursátil (otra tendencia universal) lo que genera una demanda masiva de este tipo de títulos y, a medio plazo, generará otra burbuja financiera.

Pero por el camino se podrían quedar aquellos países que, como España, Italia, Portugal o Grecia deban subir la rentabilidad que pagan a los inversores para que éstos adquieran su deuda, en lugar de comprar la alemana o la francesa. Por eso importan, y mucho, las calificaciones de riesgo de impago que hacen las agencias como Standard and Poor´s, Fitch Ratings, o Moody´s en función del saneamiento de las cuentas públicas que tengan los estados.

Los ciudadanos daneses no quieren el euro

El objetivo de Rasmussen es convocar un referéndum para que los daneses decidan si el país adopta o no el euro. Aunque no ha precisado el momento concreto en que se realizará la consulta, ha indicado que se producirá en los próximos cuatro años. Los electores daneses ya rechazaron la adopción de la moneda europea en un referéndum celebrado en 2000 y el país escandinavo quedó fuera de otras áreas claves de la cooperación europea.

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