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Encarna Jiménez

Voces negras

Se veía venir. En cuanto se han puesto de moda los “negros” como argumento de culebrones televisivos en los que se desvela la práctica común de todo tipo de imposturas, el mundo rosa, que ya no se sabe de qué color es desde que lo habitan personajes como Rodríguez Menéndez o los Matamoros, ya ha empezado a explotar como supuesta noticia el hecho de que un buen lote de famosillos de los que no tienen grandes méritos y habilidades cantan con voces prestadas.

La inefable Tamara, que ahora llena minutos y horas en la tele con la historia de que no es un transexual, también ha incluido como argumento en sus apariciones el hecho de que es ella la que canta porque asistió durante un año a unas sesiones con un foniatra de Baracaldo. Su clamoroso éxito “No cambié”, parece que se debe a las gracias del vasco y de su instructora, la señora Giménez. Por su parte, María José Galera, la más “profesional” de los “grandes hermanos” debutó con movimientos patosos en el programa de María Teresa Campos acompañada de un compositor con experiencia como José María Purón, para darle cierto aire de seriedad al evento cantor, pero vista su gracia para moverse en el escenario y la poquita voz que le acompaña, hay que pensar en los milagros de las mesas de mezclas y los estudios de grabación.

Ya hemos visto cómo hijas de cantantes famosos españoles y americanos como Nino Bravo, cantaban en compañía de su padre muerto para estirar los beneficios de la herencia, pero, aún está por ver lo que da de sí el cuento de los cantores a cuenta. La informática aplicada a la música puede dar mucho de sí. El disco de “Todo a cien” va a subir de precio gracias a la ruleta millonaria de la prensa del corazón...negro.

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