Menú
Katia Borrás

El comodín Sirven

Pese a su insistencia, la comisión parlamentaria que investiga la financiación ilegal de la CDU alemana no ha podido frenar la entrega a Francia de Sirven, ex número dos del consorcio Elf-Aquitaine. Sirven, figura clave en el caso Elf, también podría conocer los entresijos del proceso de privatización de la refinería germano-oriental Leuna por el que los franceses –presuntamente— pagaron hasta 256 millones de francos (unos 38 millones de dólares), de los que se habrían beneficiado las cuentas secretas de la CDU en Suiza a expensas del fisco alemán.

La CDU, que cree que la declaración de Sirven pueden aliviar su carga en el asunto de la financiación ilegal del partido, ha reprochado a la ministra alemana de Justicia, Däubler-Gmelin (SPD), no haber insistido para que permaneciera más tiempo en Alemania. La titular de Justicia, por su parte, asegura que no basta que la comisión investigadora desee interrogar a Sirven para que éste sea retenido, puesto que contra él no existe orden de detención alguna en Alemania. De hecho, ni siquiera se ha abierto sumario por el caso de la privatización de Leuna.

De lo que realmente se trata es de montar revuelo. La comisión investigadora está estancada dentro del proceso que pretende esclarecer las comisiones ilegales presuntamente cobradas por la CDU. Hace sólo unas semanas que la comisión llamó a declarar ante el Parlamento Federal, por tercera vez, al ex canciller y antiguo jefe de la CDU, Helmut Kolh. Y no consiguió ningún resultado nuevo. Sus avances brillan, pues, por su ausencia.

Por eso necesita de un personaje como Sirven para volver a acaparar la atención. Ahora, la opinión pública vuelve a estar centrada en el caso, no por los méritos propios de la comisión, sino gracias a su oportunismo y aprovechando la casualidad de que la primera oportunidad de traer a Sirven el pasado sábado de Manila a París fue con un vuelo de la compañía alemana Lufthansa, vía Fráncfort.

No obstante, también la coalición gubernamental rojiverde se hubiese beneficiado del comodín Sirven. Centrar nuevamente la atención en el escándalo de la CDU hubiese servido para esquivar la campaña que, desde la oposición, promueve este mismo partido para desacreditar al Gobierno. La CDU busca incesantemente material comprometedor sobre el pasado militante de algunos de los ministros del gabinete, entre ellos, el titular de Exteriores, Fischer (los Verdes), y el de Medio Ambiente, Trittin (los Verdes), quienes en años mozos fueron activistas izquierdistas. También el ministro de Finanzas, Eichel (SPD), tiene que responder a la acusación de la oposición de haber utilizado aviones del Ejército para fines privados.

Con el avión que partió el martes a las seis de la tarde hacia París, se fue Sirven y con él las esperanzas de darle un giro a la batalla interna que enfrenta al Gobierno alemán y a la oposición.

En Opinión