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Katia Borrás

El arte de voltear tortillas

Los observadores políticos suelen concentrar su atención en las elecciones regionales para extrapolar sus resultados al escenario político de la capital. Con ellos, los partidos políticos del Bundestag comprueban el grado de aceptación o rechazo que suscita su actuación entre la opinión pública. Se trata, pues, de una especie de exámenes parciales en el curso del periodo legislativo.

Los resultados de las elecciones regionales en los estados federados de Baden-Württemberg y Renania Palatinado celebradas el pasado domingo han permitido que las dos formaciones políticas más importantes de Alemania, tanto el partido socialdemócrata (SPD) como la Unión Democristiana (CDU) se anoten un tanto positivo en su cartilla. Así, estos comicios simultáneos han confirmado a los partidos gobernantes con Kurt Beck, primer ministro regional en Maguncia (Renania Palatinado), a la cabeza del SPD y Erwin Teufel, su homólogo en Stuttgart (Baden-Württemberg), al frente de la CDU.

El SPD también ha presentado como positivo su resultado en Stuttgart, a pesar de que sólo han logrado el segundo lugar. Su representante, la joven Ute Vogt, ha mejorado en un 8% los resultados del SPD de 1996 y Schröder le ha vaticinado un futuro prometedor como su posible sucesora al frente de la secretaría general del partido.

Y si unos son buenos, los otros son mejores. También la cúpula bicéfala de la CDU en Berlín, dividida entre la secretaria general Merkel y el jefe del grupo parlamentario Merz, cree o, al menos, hace creer que el triunfo de Teufel en Stuttgart es una señal de que la estrategia de la CDU, hasta ahora más bien indefinida por las luchas internas de poder y escándalos varios, está por fin logrando un perfil claro, después de que el partido quedara huérfano de la figura paternalista y carismática del ex canciller Kohl. Según apuntan los analistas, en Baden-Württemberg quien realmente ha ganado es la prosperidad económica lograda bajo el mandato de Teufel, la mayor de todos los estados federados.

Como es sabido, toda tortilla tiene dos caras y cuando una tiene escaso huevo, resulta difícil voltear. A los Verdes, cuya popularidad decrece desde hace tiempo, les cuesta mucho girar la tortilla, quizá por ser vegetariana y no llevar huevo. Los liberales del FDP podrían lograr al menos unos revueltos si se unen en coalición con los partidos vencedores en ambos länder. De momento, cuentan como favoritos. A los republicanos no les ha quedado nada que girar, porque no han logrado ni un escaño. Los huevos también alimentan esperanzas.

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