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Katia Borrás

Más sombras sobre la CDU

No es precisamente la honradez, la que ha motivado al ex tesorero de los cristianodemócratas CDU, Kiep, a transferir al partido un millón de marcos (82,5 millones de pesetas) descubierto en su cuenta privada a raíz de unas investigaciones. Un millón de marcos no aparece por arte de magia y generalmente suele tener un dueño que lo reclama. El millón que Kiep ha ‘encontrado’, según la versión oficial, y transferido a la CDU voluntariamente, ni está siendo reclamado por nadie ni se sabe de dónde procede.

Tanto misterio hace sospechar que también este millón podría proceder de las cuentas secretas que la CDU mantuvo durante los ochenta en Suiza, concretamente pertenecientes a la fundación Norfolk, creada como tapadera de dinero negro del partido y disuelta en 1992. Originalmente habría sido una de las donaciones anuales de la empresa muniquesa Siemens, versión que la empresa desmiente. Si la CDU admite la donación de su antiguo tesorero, el presidente del Parlamento Federal podría declarar el cobro ilegal por su difusa procedencia y penalizar al partido con una multa de dos millones de marcos.

Pero, aunque los escándalos de financiación ilegal de la CDU protagonizados por personajes clave de la era Kohl han repercutido negativamente en la popularidad electoral del partido, provocado dimisiones importantes en su seno y costado una fortuna en multas y sanciones, lo paradójico es que los hechos demuestran, de momento, que todo este tinglado finalmente ha sido rentable.

Así, el ex canciller Kohl logró reunir nada menos que 7,6 millones de marcos (627 millones de pesetas) en donaciones para paliar los daños ocasionados por las cuentas secretas e infringir la ley de partidos. En marzo, la Fiscalía General de Bonn cerró las investigaciones contra Kohl reconociendo expresamente esta iniciativa. El caso quedó zanjado con el pago de una multa de 300.000 marcos (casi 25 millones de pesetas). También la jefa del partido, Merkel, organizó una acción similar reuniendo otros 5 millones de marcos. Así, entre una cosa y otra, se han logrado reunir casi 13 millones de marcos, tres más que la suma de todos los gastos que el escándalo ha ocasionado en concepto de multas, sanciones y honorarios de abogados y censores de cuentas.

Pero volvamos al tema que nos ocupa. En 1999, Kiep fue el detonante de que el escándalo de financiación ilegal de la CDU saliera a la luz, al ser detenido por fraude fiscal. Entonces desveló la existencia de cuentas secretas del partido. Ahora que, desde el cierre del caso de Kohl, el escándalo parecía zanjado, vuelve a ser Kiep precisamente el responsable de que se remueva de nuevo todo el asunto. Es el cuento de nunca acabar.

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