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Jalis de la Serna

El valor de los novilleros no les valió para el triunfo

Tres cuartos largos de entrada en la Monumental de Las Ventas el miércoles 30. Se lidiaron 6 novillos de Nazario Ibáñez, bien presentados, nobles en general pero sosos, destacó el sexto. Otro de José Vázquez manso y descompuesto.

Gregorio Alcañiz, de blanco y oro. Estocada y descabello (palmas). En el cuarto, estocada y descabello (saludos desde el tercio).
A. Gaspar “Paulita”, de verde botella y oro. Un pinchazo, estocada y cuatro descabellos (silencio). En el quinto, estocada desprendidas y cinco descabellos (silencio).
Abraham Barragán, de verde manzana y oro. Un pinchazo y estocada desprendida (silencio). En el sexto, dos pinchazos estocada y dos descabellos (silencio).

Varias circunstancias se juntaron y se registró en Las Ventas una de las entradas más pobres en lo que va de feria. Entre el calor, que no se les da a las novilladas la importancia que tienen y que se celebraba en Aranjuez un cartel de lujo, no estaban los tendidos tan cuajados como siempre.

Banderilleó con mucha soltura y seguridad Gregorio Alcañiz al primer novillo de la tarde. El de Nazario Ibáñez repitió a los engaños de salida y mostró codicia, pero en la muleta se quedaba corto y tenía el defecto del cabeceo. El joven espada mostró valor y buenas maneras con el burel, intentando llevarle largo y templado para corregir la embestida. Entró a matar muy derecho y cobró una estocada en todo lo alto. El cuarto, en la línea de todo el encierro, tuvo nobleza pero le faltó emoción. Alcañiz intentó el toreo clásico al principio de faena, pero optó por el arrimón al ver que aquello no calaba en los tendidos. Muy valiente, el madrileño no quiso dejar pasar su oportunidad. Bien otra vez con los aceros, recibió una justa ovación en el tercio.

Buen apodo le han puesto a Antonio Gaspar para vestirse de luces. Dicen que el maño se parece toreando al genial Rafael de Paula. Y la verdad es que algún aire al jerezano sí se le vio a “Paulita”, pero más que nada en el físico. Sorprendió su principio de faena al segundo. Luego, sólo pudo dejar apuntes de buen muletero dada la poca transmisión que, a pesar de la calidad, tenía el novillo. El quinto bis, de la ganadería de José Vázquez, tuvo muy mal estilo desde el principio. “Paulita” demostró voluntad de agradar e intentó templar las descompuestas embestidas del burel. Como novillero que es debe evolucionar –sobre todo con los aceros–, y mostró que tiene valor para hacerlo.

Buena de verdad fue la impresión que Abraham Barragán dejó en Las Ventas. El diestro estuvo muy asentado con el rajado tercero, colocándose en el sitio y templando las bruscas embestidas hasta sacar alguna serie limpia. El público, tan frío como otras tardes, no le dio importancia su buena actuación y silenció su labor a la caída del cornúpeta. En el sexto, recibió la ovación de la tarde el banderillero Tomás Pallín por su magnífica brega. El de Nazario Ibáñez rompió a embestir en la muleta y lo hizo con la misma nobleza y más transmisión que sus hermanos. Barragán, que estuvo decidido con el burel y consiguió series templadas con ambas manos, tampoco tuvo en esta ocasión el respaldo de los tendidos. Y es que, a nuestro parecer, la plaza estuvo demasiado exigente con los noveles toreros.

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