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Katia Borrás

Berlín, al rojo vivo

En Berlín el ambiente político está que arde. Tras la ruptura de la “gran coalición” o matrimonio de conveniencias SPD/CDU, la posibilidad de que en las elecciones anticipadas de septiembre el SPD pacte con los Verdes y los ex comunistas del PDS provoca verdaderos escalofríos a los democristianos de la CDU que lo interpretan como una maniobra roja “golpista”.

Al fin y al cabo, lo que ocurre en la capital es extrapolable a todo el Estado, ya que Berlín se entiende a nivel federal como una Alemania unificada en miniatura y en 2002 se celebran las elecciones generales.

Para los democristianos, que se les pone la carne de gallina, lo que no puede ser, de cara a la imagen de Berlín en el exterior, es que una coalición “rojiroja”, como se la llama en alemán, gobierne la capital alemana, ni tan sólo doce años después de la caída del muro, cuando su memoria sigue viva en la mente de todos.

Pero es que la CDU es la única responsable del deterioro de su imagen y no debe extrañarse que la balanza popular se haya inclinado hacia la izquierda con tal brusquedad. Su ex jefe regional y ex directivo del banco público Berlin Hyp, Landowsky, otorgó importantes créditos a cambio de donaciones para su partido.

De ser ratificada el sábado la moción de censura presentada por el SPD contra el actual alcalde gobernador de Berlín, Diepgen (CDU), el recién elegido candidato del SPD, Wowereit, liderará el ejecutivo de transición. Para ello es necesario el apoyo de los Verdes y del PDS. Si esto ocurre, a los democristianos se les reabrirán heridas anticomunistas que parecían cicatrizadas.

Pero la destitución de Diepgen aún no es una realidad y tampoco se sabe si se presentará a la reelección. Otro que no se decide a concurrir como cabeza de lista de su partido es Gysi (PDS), favorito del electorado de Berlín oriental. Si Diepgen no se presentase a la reelección, la alternativa de la CDU sería Schäuble, ex presidente del partido y ex mano derecha de Kohl, que abandonó su cargo el año pasado por su dudosa vinculación a 100.000 marcos de dinero negro procedente de la venta de armas.

Con todos estos personajes sobre la arena política, la lucha en las elecciones anticipadas promete ser reñida y su resultado paradigmático para las generales de 2002. En Berlín, los episodios históricos se cuecen al rojo vivo.

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