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Armando Frontado

Lo que pase en Lima afectará a Caracas

Desde México hasta la Argentina, los analistas políticos se preguntan: ¿Qué va a hacer Chávez? ¿Qué va a pasar en Venezuela? ¿Con qué saldrá Chávez ahora?

Este analista ha venido pronosticando que la suerte del comandante-presidente Chávez no se decidirá dentro de las fronteras venezolanas, sino en el exterior. Hace poco, el mismo Chávez lo reconoció, y en una de sus interminables cadenas de radio y televisión denunció “un plan para aislar a Venezuela con el respaldo de gente que desempeña posiciones muy importantes en diversos gobiernos”.

Chávez, no mencionó a ningún gobierno en particular, pero al igual que otros dictadores a lo largo de la historia de la humanidad es víctima de lo que yo llamaría “el síndrome nazi”. Se acostumbró a que todo le salía bien y por eso decidió proteger a Montesinos, pero no lo hizo en agradecimiento a la ayuda que la mano derecha de Fujimori le extendió a sus compañeros de golpe que se asilaron en el Perú. Todos aquellos pilotos, hoy en el gobierno venezolano, fueron muy bien tratados por el régimen de Fujimori.

El respaldo que Chávez brindó a Montesinos fue más bien un claro negocio político. Chávez, necesitaba y aún necesita un Montesinos como asesor.

Un hombre como Montesinos, con tanto dinero y contactos tanto en los bajos fondos como en las alturas del poder, se escondió en Venezuela porque aquí gozaría de total y completa seguridad. Montesinos domina su profesión. Si vino a Venezuela es porque aquí se sentía plenamente seguro. Pero por un pequeño detalle el escenario cambió y Chávez quedó al descubierto.

Ya se sabe quién es Chávez. No puede seguir engañando a la opinión internacional y la situación se le agravará con los secretos que se revelarán en los tribunales de Lima. Chávez sabe que Venezuela no puede soportar que la metan dentro de un cerco profiláctico y teme que eso es lo que va a suceder.

La posición del Perú señalando que un régimen tipo Fujimori -en cualquier sitio del continente- es un peligro para todos los demás países, es aceptada por las cancillerías de América. Si a eso le agregamos la endeble salud de Fidel Castro, quien ya designó sucesor, el descenso del precio del petróleo y la firme decisión de los países europeos de hacer causa común para impedir una nueva dictadura en América, aunque sea fruto de la elección popular, pronostican situaciones muy graves para el gobierno venezolano.

No es exagerado sostener que el proceso contra Montesinos es también una actuación contra Chávez y lo que decida la justicia peruana repercutirá en Venezuela.

La suerte del gobierno de Caracas se puede decidir en Lima.

© AIPE

Armando Frontado es analista político venezolano.

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