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Carlos de Prada

Plan de regadíos y PHN

Por fin el Consejo de Ministros ha aprobado el Plan Nacional de Regadíos, algo directamente relacionado con el Plan Hidrológico , ya que un 80% del consumo del agua, y por tanto de la teórica justificación de las obras de embalses y demás, es el regadío. De hecho conviene recordar, aunque quizás al Gobierno no le interese, que el PP bloqueó el PHN del PSOE, alegando precisamente que no podía aprobarse un Plan Hidrológico sin contar antes con un Plan Nacional de Regadios (PNR).

A nadie le cabía en la cabeza aprobar un plan de obras sin saber antes si esas obras iban a hacer falta realmente. in embargo ,una vez en el poder el PP ha aprobado antes las obras (el PHN) y después el PNR. Y claro ambos entran en una colisión tan flagrante que , sólo por la falta de análisis racional de las cosas puede entenderse que no se genere un escándalo de proporciones colosales.

Estamos hablando de algo tan grave como que inversiones de billones de pesetas se han quedado sin su principal justificación o coartada. De hecho los listados de embalses del Plan son una mera transcripción de una parte de los incluidos en los discutidos Planes Hidrológicos de cada Cuenca hidrográfica que contienen unas superficies de nuevos regadíos absolutamente inviables (no recogidas en el PNR) .

Los Planes de Cuenca fueron tildados por los expertos como “cartas a los reyes magos” donde cada Comunidad autónoma incluía todo lo que podía sin demasiado rigor, dentro de una política a la que en lugares como Estados Unidos se le puso fin (allí se hablaba del “Porc Barrell”, el presupuesto nacional del que cada Senador intentaba sacar la mayor tajada para su Estado) por su carácter ruinoso. La situación se ve agravada por que el Plan de Regadíos –en lugar de crear ,como llegaron a pretender los Planes de Cuenca, un millón de nuevas hectáreas regables- lo que hace, bien al contrario es invertir cientos de miles de millones en una necesaria modernización de más de un millón de hectáreas de los regadíos ya existentes, para hacer que estos consuman menos agua (ya que hoy la despilfarran) y sólo recoge un incremento de poco más de 200.000 nuevas hectáreas, por cuestiones de compromiso en su mayoría más que de viabilidad real.

Esto va a generar un descenso dramático del consumo de agua. ¿A que pues tantos embalses, cerca de 100, en el PHN?.Y si encima le sumamos el descenso previsible de consumo de agua derivado de cuestiones de mercado (recorte de subvenciones, excedentes, entrada en escena de producciones de países extra comunitarios, etc.) ,ya me dirán que coartada les queda a muchos de estos embalses en un país que ya es el país del mundo con más grandes presas en proporción a su población.

Pero la cosa no queda ahí .En Estados Unidos se ha percibido –como apunta el catedrático Ramón Llamas en su discurso de ingreso en la Real Academia de Doctores- un descenso en el consumo del agua desde que se introdujeron mecanismos de libre mercado. Dice que “la eficiencia aumentó desde que suprimieron los embalses regalados es decir, las subvenciones perversas” con dinero de los contribuyentes. El agua de los embalses (agua superficial) sigue siendo en España prácticamente gratis y contrasta su despilfarro frente a lo que sucede con las subterráneas ,de iniciativa privada y con bastante mayor eficiencia económica.

Estos días la Fundación Marcelino Botín, ha publicado un exhaustivo trabajo sobre aguas subterráneas, realizado por algunas de las principales autoridades en la materia y dirigido por Ramón Llamas. España apenas explota los ,como mínimo, 300.000 ¡trescientos mil¡ hectómetros cúbicos que tiene almacenados en el subsuelo (frente a los poco más de 50.000 hectómetros que almacenarían todos los embalses que tenemos llenados hasta los topes). España es, por ejemplo, el país de la UE que menos explota sus aguas subterráneas para usos urbanos (un 25% frente al 75% aconsejable). Las aguas subterráneas podrían darnos unos 30.000 hectómetros anuales sin causar especiales problemas ambientales, con menos coste y en menos tiempo, que mediante las aguas superficiales (nuevos embalses) cuyos volúmenes embalsados serían infinitamente menores , y eso sin tener en cuenta la merma de caudales por factores como el cambio climático.

En resumen , cabe preguntarse por que, y a beneficio de quien, se insiste en una política de embalses que si un día tuvo una explicación, en estos momentos de inflación desbocada , se ha convertido en una amenaza económica y no digamos ecológica. El PNR del Ministro Arias Cañete no es más que otra prueba de lo que vienen afirmando desde hace tiempo muchísimos expertos.

Alguien debiera aclarar por que se va a gastar tanto en unas obras de necesidad tan dudosa.Cui prodest? es la gran pregunta. Fácil de contestar por otra parte. Y no son los agricultores por cierto.¿Quién construye?,¿quién turbina o bombea?, ¿quién malvende agua?.El agua es la sangre de esta nación. Alguien debiera contener la hemorragia, o más bien la sangría (con las consabidas sanguijuelas),si no queremos una patria anémica.

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