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Jesús Gómez Ruiz

Rigoberta Menchú, “Amiga de Barcelona”

Es una lástima que el ejemplo del Papa, pidiendo perdón por los errores que la Iglesia haya podido cometer, no cunda entre las filas de la izquierda. Pero, ya se sabe, los fines tan nobles de la igualdad y la lucha contra la marginación, el racismo, la pobreza, etc. todo lo justifican, hasta el asesinato, la masacre, o la igualación por la vía de la miseria y el sepulcro.

Si los comunistas no han pedido perdón por las decenas de millones de muertes de las que han sido responsables, así como por los indecibles sufrimientos que han infligido a centenares de millones de personas, mucho menos van a tomarse la molestia de pedir perdón por las mentiras con que han engañado a medio mundo. La verdad es que ni siquiera son capaces de admitir que han mentido cuando las pruebas de sus engaños son evidentes.

Aquí se sitúa el caso de Rigoberta Menchú. La Academia Sueca se equivocó de premio. En lugar de concederle el de la Paz, deberían haberle concedido el de Literatura; no en vano, el ingenio popular produjo un gracioso aforismo a este tenor: “Eres más falso que la biografía de Rigoberta Menchú”. Se trata de una obra maestra de la propaganda comunista, fiel a los cánones del drama social establecidos por Dickens y Victor Hugo; aunque su verdadera autora es Elisabeth Burgos-Debray, esposa de Regis Debray, notable comunista francés que colaboró en el diseño de la estrategia guerrillera pro castrista en Centroamérica, en la que Menchú participó activamente.

La Academia Sueca, a pesar de las abundantes pruebas, no ha rectificado. Aunque conociendo la trayectoria de la institución, tampoco ha de extrañar a nadie.

Los ediles de la Ciudad Condal, imbuidos de las jaculatorias progres y políticamente correctas (para eso son de izquierdas), han querido “honrar” hoy a Rigoberta Menchú con el diploma de “Amiga de Barcelona”. El temor de la guatemalteca a un hipotético exacerbamiento del racismo a causa de los atentados del 11 de septiembre, eclipsó su pésame por los muertos de las Torres Gemelas. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Ella, como siempre, a denunciar racismos, reales o supuestos, y a denigrar a los colonizadores españoles y sus descendientes.

Sorprende que a una persona que tan mal trata a España y a su realidad histórica, pueda ser galardonada por una de sus principales ciudades. Aunque en esto, puede que los ediles barceloneses sean coherentes. No hay que olvidar que son del PSC.

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