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Emilio J. González

El arte de lo posible

La política es el arte de lo posible, de forma que lo que ayer era inviable hoy resulta factible sin que hayan cambiado las causas que en el pasado se constituían en obstáculos insalvables. El caso de las plataformas digitales es paradigmático en este sentido: antes era imposible la fusión entre Vía Digital y Canal Satélite Digital y hoy se puede hacer.

La operación, por supuesto, tiene una lógica económica implacable: el mercado español no estaba preparado para la existencia de dos televisiones vía satélite de pago, con lo que ambas emisoras no hacían más que cosechar año tras año pérdidas multimillonarias. Con una sola plataforma, en cambio, es más factible que el negocio pueda ser rentable en plazos razonables de tiempo.

No obstante, la lógica económica no siempre coincide con los intereses del consumidor y con la libertad del mismo, que es lo que debe tenerse en cuenta en última instancia. Por ello, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, ha dicho que la operación no es viable desde el punto de vista de la competencia, aunque en sus palabras es muy posible que haya influido su actitud permanente de no conceder el menor respiro a Prisa. El problema es que el presidente de Telefónica, César Alierta, no se embarca en una operación como la fusión de su Vía Digital con el Canal Satelite Digital de Jesús de Polanco sin el consentimiento del Gobierno. La operadora española, por supuesto, necesita soltar lastre con la que le está cayendo en Argentina y con la que le están dando en los mercados a todo el sector mundial de telecomunicaciones, y Vía Digital es un lastre muy pesado en forma de seiscientos millones de euros de pérdidas en 2001. Pero, como es lógico, el Gobierno no quiere que la plataforma única quede en manos de Polanco. ¿Cuál es la solución? Al parecer, que el presidente de la plataforma lo ponga Telefónica y el consejero delegado Prisa, aunque todo apunta a que, al final, la gestión quedaría en manos de Vivendi, uno de los socios de Sogecable, y a Polanco se le permitiría hacerse con el control de Tele 5.

Pero esta operación tiene un problema desde el punto de vista de la competencia, y es que desaparecen los competidores. ¿Eso es relevante? Con la quiebra de Quiero TV podría serlo si tardan en desarrollarse la televisión digital terrestre y la televisión por cable. Sin embargo, el quid de la cuestión donde reside es en la libertad que puedan tener los proveedores de contenidos para poder ofertarlos a través de la plataforma única. Si esa libertad existe y es real, no habría problemas; en caso contrario, si los habría y muchos.

Mientras tanto, el Gobierno pretende quitarse de encima la patata caliente de la competencia remitiendo el asunto a la Comisión Europea, a pesar de que la fusión tiene una influencia clara e importante en el mercado nacional. Y es que, por lo visto, cuando antes el mercado relevante era el español ahora lo es el europeo. Todo depende de lo que se quiera hacer. Y ya se sabe que la política es el arte de lo posible.

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