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Pío Moa

Yuroslibin aselebreisio

¡Vaya por Dios, no ha ganado el festival eurovisivo la perla de la música botellonera española, que tan bien representa el espíritu, la estética y las aspiraciones de nuestra feliz juventud Rocko Alicates, la mejor que hemos tenido en nuestra historia, según confiesan con un punto de envidia políticos y educadores! ¿Qué ha fallado? Pues lo de siempre, que aquí, como han dicho los pensadores de campanillas, “todo llega tarde”. Está llegando tarde el inglés, y no acaba de imponerse, como en otros países más avanzados y más europeos. ¡Pero, hombre, a quién se le ocurre concurrir con una canción a medias en español, adónde vamos a ir hoy día sin el inglés! O somos o no somos, y el español conviene ir dejándolo para cosillas menores, vamos, si es que queremos europeizarnos y modernizarnos de verdad, que creo es la mayor y más profunda de las aspiraciones progresistas españolas desde hace un siglo al menos. Europa es la solución que nos librará de la problemática enfermedad llamada España, y debemos empaparnos de inglés, de cultura anglosajona, y olvidar lo más posible la nuestra, tan ligada a la inquisición, el oscurantismo y esas cosas tan deplorables. Eso lo ha hecho bastante bien el felipismo y la mayoría de los gobiernos autonómicos, pero está visto que no es suficiente, no acabamos de entrar en vereda.

¿Hay esperanza para nosotros? Bueno, tampoco hay que ser exageradamente pesimistas. Los anuncios en inglés están ya por todas partes, en la televisión oímos a menudo susurrar o maullar en ese idioma, y también en él suenan la mayoría de las canciones que se oyen o acompañan a cualquier programa en televisión o la radio. Para trabajar en nuestro país se exige más y más el inglés, sobre todo en los puestos superiores de cualquier actividad. En las universidades de verano aparecen cada vez más cursos en inglés, incluso sin traducción, sobre todo en ciencias. Muchos de nuestros artistas titulan sus obras en ese idioma, y nombran en él sus empresas o locales los empresarios. Etc. A la larga, está claro, irá quedando el español como idioma coloquial, familiar, y de las clases bajas, dejando el inglés para las actividades superiores de la cultura, de la economía e incluso de la administración, pues ¿no sería una bonita e inteligente forma de superar los roces y problemas crecientes con el catalán, el vasco, el gallego, etc.? Todos estos procesos en auge permiten albergar esperanzas de que terminemos por modernizarnos y europeizarnos de una puñetera vez.

Yo creo que si el año que viene vamos a Eurovisión con una canción enteramente en inglés, tenemos grandes probabilidades de ganar. ¿No será maravilloso?

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