El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba no se ha demorado en divulgar las declaraciones de Miguel Ángel Martínez, socialista español que preside el “Grupo de Amistad y Solidaridad con Cuba del Parlamento Europeo”, quien considera que la decisión de la Conferencia de Presidentes de la Eurocámara de otorgar el premio Sajarov al disidente cubano Oswaldo Payá, “contribuye al descrédito del propio galardón y al de la institución que lo concedió”.
A Martínez le ha producido “un profundo disgusto” que Europa haya reconocido los méritos del promotor del Proyecto Varela. El político socialista trabaja mucho y eso le pone de muy mal humor; tendría que darse un respiro, ya no es tan joven y tanto esfuerzo le pasará factura. Martínez no sólo preside un engendro que trata de ayudar a los hermanos Castro, también es miembro de la Comisión de Desarrollo y Cooperación, de la de Asuntos Exteriores, de la de Derechos Humanos, de la de Seguridad Común y Política de Defensa. Al mismo tiempo, es vicepresidente de la Asamblea Paritaria del Convenio concertado entre los Estados de África, del Caribe y del Pacífico y la Unión Europea (ACP-UE). Por si todo esto fuera poco, pertenece a la Comisión Parlamentaria Mixta UE-Polonia.
No entendemos cómo a un señor tan afanoso, que a la fuerza ha de estar bien informado y que es miembro de una comisión de derechos humanos, pueda contrariarle tanto que, por una vez, los políticos del Viejo Continente se acuerden de un cubano que sólo pretende que le permitan respirar. Lástima que a Martínez, tan laborioso y dispuesto, no le interese el destino de Juan Carlos González Leiva, un abogado ciego, que, como él, pertenece a una Comisión de Derechos Humanos y que se muere en las cárceles cubanas. Es una pena que las muchas ocupaciones del socialista español no le permitan llamar a la mujer de Juan Carlos para que ésta pueda informarle de cómo su admirado comandante tortura a su marido.
A pesar de sus graves problemas de agenda, Martínez ha dispuesto de unos minutos para hablar con los periodistas de Encuentros en la red. Desgraciadamente, nuestros colegas no tuvieron tiempo de preguntarle por la suerte de Leiva, pero sí le dieron la oportunidad de declarar lo siguiente: “Con Fidel Castro en el poder, Cuba ha vivido muchos cambios, y los está viviendo particularmente en estos últimos años. Estoy convencido de que aún queda camino por andar para superar conductas burocráticas y dogmatismos que el propio pueblo cubano irá erradicando, sin imposiciones, ni manipulaciones del exterior, en un progreso que será tanto más acelerado cuando entre todos, y en particular desde Europa, seamos capaces de eliminar los efectos del bloqueo y de la presión subsiguiente que, entre otras cosas, contribuye a tensionar la propia sociedad cubana y a hacer más difícil su avance y progreso”.
A Martínez no sólo le rinde mucho el tiempo, también es capaz de jugar con el lenguaje de manera admirable. ¿A qué se refiere cuando dice que en la isla se deben superar conductas burocráticas? Jamás hubiéramos imaginado que un miembro destacado del partido de Zapatero se aventurara a calificar de este modo la represión comunista que sufren los cubanos. En cualquier caso, muy pronto todos seremos capaces de comprender la actitud del madrileño. Gracias al líder del socialismo español, el gobierno cubano abandonará el dogmatismo y los vicios de su administración desaparecerán. Martínez no lo duda. Su optimismo no tiene límites. Por eso no vaciló en asegurar que, “cuando —como estoy convencido— el PSOE, mi partido desde hace más de cuarenta años, gane las próximas elecciones con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, las relaciones entre España y Cuba mejorarán incuestionablemente, y de ello saldrá fundamentalmente beneficiado el pueblo cubano.”
Según las palabras de Martínez Martínez, la vida de Juan Carlos González Leiva depende de que Aznar adelante o no las elecciones. ¿O es que acaso los beneficios que anuncia Martínez no alcanzarán a los presos políticos? A Zapatero le corresponde sacarnos de dudas. Pero tampoco es nuestra intención agobiarle demasiado; de momento nos conformaríamos con saber si el líder socialista comparte el disgusto de Martínez Martínez por el premio que Europa ha otorgado a Oswaldo Payá.
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