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Encarna Jiménez

TVE se arrepiente

La porquería del “Prestige” está consiguiendo cosas hasta ahora impensables. En el día de la Constitución se eliminó el tentempié que hace amable la estancia en el Congreso en fecha tan señalada para la convivencia, y el jefe de Informativos de TVE se marchó a Galicia para participar en el Telediario de la noche acompañado de un coro que increpaba a la propia televisión. Unas gotas de sacrificio y un gesto de arrepentimiento bien administrado siempre lavan la imagen.

Eso es lo que debió pensar Javier Urdaci cuando en el Telediario de las 9 del viernes aguantó de manera estoica que, mientras daba paso desde Muxía a todo el contingente de reporteros desplegados en Galicia, dos docenas de jóvenes situados a su espalda corearan “¡Televisión, manipulación!” o “¡Fraga, Aznar, veniros a limpiar!” En un gesto inaudito, Urdaci mantuvo el tipo cada vez que, al tiempo que le daban la palabra desde Torrespaña, los chicos entraban en acción para que los telespectadores tuvieran una muestra en directo de los ánimos de unos voluntarios o nativos que se manifestaban en contra del Partido Popular y de la televisión gubernamental.

La “apertura” de TVE a que se viera el “cabreo” medio festivo de los jóvenes, muy distintos en su actitud a los que disciplinadamente recogían el fuel en las playas, se complementó con el cambio de vestimenta de las periodistas destacadas en el lugar de la catástrofe que, por una vez, iban con vaqueros y “pullovers”. Toda una puesta en escena que respondía al toque de pito que ha sonado para que todo el mundo se una al ejército que intenta salvar las costas gallegas.

Desde las disculpas que pidió Fraga por sus errores, pasando por la vigilia de todos los ministros y la del propio Aznar en el largo fin de semana, hasta la movilización del grueso de los efectivos de la televisión pública, todo indica que el Partido Popular y el Gobierno están echando el resto para que el viento cambie. Quedan todavía muchos miles de toneladas del siniestro vertido sin recoger, y arrimar el hombro con el foco bien puesto es una necesidad vital para darle la vuelta a la situación.

Aunque podemos estar asistiendo a un festival de gestos bien administrados, siempre estará mejor permanecer al pie del cañón y no dormirse en unos laureles pringados por el “Prestige”.

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