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Luis Pazos

La estrategia del complot

En general, la tesis del complot la utilizan muchos gobernantes para desviar la atención de otros problemas y para ganar popularidad.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, denunció un complot para asesinarlo, orquestado -según él- por el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. No es la primera vez que el presidente de Venezuela habla de complots en su contra. Periodistas de ese país señalan que en ocho ocasiones Hugo Chávez se ha referido a complots para asesinarlo.
 
Según algunos miembros de la prensa venezolana, cabe la posibilidad que el gobernante de ese país maquine un auto atentado para darle veracidad a la tesis del complot, ya que la mayor parte de la población venezolana ha tomado a guasa el más reciente anuncio del complot contra el presidente.
 
Un periodista del diario El Universal de Caracas señaló que cada vez que Chávez tiene un problema político o baja su popularidad en las encuestas, anuncia un nuevo complot en su contra. El presentarse como víctima de un complot no es un expediente inventado por Chávez, a Fidel Castro esa técnica le ha funcionado por décadas. En general, la tesis del complot la utilizan muchos gobernantes para desviar la atención de otros problemas y para ganar popularidad.
 
En México también le ha funcionado esa teoría a uno de los precandidatos a la presidencia del 2006. Rodeado de expertos en propaganda, ha instrumentado teorías del complot para justificar algunos hechos de corrupción de sus colaboradores. También han utilizado la técnica de colocar al candidato como víctima para lograr apoyo del electorado. Lo preocupante es que a pesar de ser clara, a veces grotesca y hasta risible, la estrategia del complot sigue dando dividendos electorales a quienes la usan.
 
A la gente pensante, con mediana capacidad intelectual, ya no los convencen esas teorías, pero todavía hay muchos votantes que se dejan llevar por ellas. No es que todos los que se tragan el cuento del complot sean brutos, pero debido a que están ocupados en otras actividades, son sorprendidos por esas mañosas estrategias que por muchos años han sido usadas por los políticos.
 
No cabe duda que hay complots verdaderos en la lucha por el poder político y económico, pero tampoco hay duda que inventar complots y asumir el papel de víctima es un expediente a menudo utilizado por políticos que buscan popularidad a cualquier costo.
 
© AIPE
 
Luis Pazos es el director del Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa (México)

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