Dos historiadores, Jean-Pierre Bese y Claude Pennetier, basándose en los archivos de la Ville de Paris, acaban de publicar un libro, La negociación secreta, sobre las negociaciones secretas del PCF con las fuerzas de ocupación nazis en junio de 1940, o sea, apenas firmado el armisticio. Uno de los objetivos de estas ofertas de colaboración con los nazis realizadas por los comunistas franceses era poder sacar de nuevo su diario oficial L’Humanité, que había sido clausurado por el gobierno francés un año antes por "colaboración con el enemigo".
Todo esto se sabía, y se ocultaba, pero el libro publica documentos inéditos, como las notas que redactó el dirigente del PCF Maurice Tréard para que sirvieran de base a dichas negociaciones: "Somos comunistas y hemos aplicado nuestra política bajo los gobiernos de Daladier, Reynaud y el judío Mandel. El judío Mandel nos ha encarcelado, ha fusilado a los obreros que saboteaban la Defensa Nacional. No hemos cedido a la dictadura del judío Mandel". Pese a ese derroche de antisemitismo proletario, los nazis no autorizaron la salida de L’Humanité como órgano oficial del PCF porque habían disuelto todos los partidos y sindicatos galos, pero llegaron a un compromiso: sin subtítulo partidista, los comunistas fueron autorizados a publicar un diario, que titularon La France au Travial, que derrochó propaganda antisemita, anticapitalista y, claro, antiliberal. Recordemos que eran los tiempos del pacto nazisoviético, que los historiadores comunistas y Santiago Carrillo siguen justificando.
Cabe preguntarse por qué Le Monde, tan filocomunista, saca este asunto ahora, bueno, la semana pasada. Se me ocurre que quieren obstaculizar toda candidatura, por ridícula que sea, "a la izquierda" de Ségolène Royal.
Fue en ese mismo vespertino en el que publicó este lunes su "programa económico" François Hollande, primer secretario del PS y, hasta la fecha, "compañero sentimental" de Ségolène. Es muy sencillo, consiste en aumentar todos los impuestos y crear otros nuevos, como uno para financiar las pensiones. ¡Sorpresa y escándalo en el patio sociata! No había consultado con nadie, ni siquiera con su cónyuge. Después de su sordera en Beirut, el asunto provocó en Ségolène un súbito enmudecimiento en París, hasta tal punto que anuló, sin explicaciones, dos conferencias de prensa que tenía previstas porque, como de costumbre, no sabía qué decir. Pero todo el partido socialista está sorprendido e indignado. Eso no está previsto en el proyecto oficial del PS, dicen los amigos de Strauss Kahn, mientras que Fabius ironiza sobre el desorden y la confusión. Mientras tanto, feos y malévolos rumores circulan sobre los desacuerdos de la pareja "real", sin que se sepa muy bien si son sólo políticos, o también familiares. Cherchez la femme? La otra, se entiende.
