Menú
Juan Carlos Girauta

Baudelairiana

Tanto sí, sí, sí, por fuerza ha de acabar fétidamente. No soltar nunca un no (por ejemplo: "Carod, no", "Putin, no", "banqueros, no") equivale a una muy freudiana retención de heces. Pfffff...

El año que se está yendo ha sido el de las contradicciones, llegadas al fin a su florecer baudelairiano, pues trátase de flores del mal. Baudelairiano y marxista, ea. Rige los destinos de lo que queda de España, y termina de falsificar lo que queda de libertad, un señor cuyo rasgo primordial es un plumero que se le vio a la primera de cambio. Porque quiere que le quieran, o por haber recibido una peculiar educación, o por mal entendida bonhomía, o por bien entendida maldad, dice sí a todo. A lo que sea.

Le dio el sí a la casta política catalana comprometiéndose a aceptar lo que saliera del Parlament, qué sé yo, un dragón de Indonesia, un acelerador de partículas, una fórmula para romper viejas naciones, lo que fuera. Le dio el sí a Mas para acabar con Maragall a través del perverso ardid de darle la razón hasta abismarlo en su propio absurdo. Paralelamente, hizo que el socialismo español, tan chulapón, diera el sí al secesionismo incipiente del PSC. Sobreentendieron todos: sí pero no.

Los capullos de las baudelairianas flores revientan este diciembre extremo de recesión y ruinas y pirámides y rusos y ministros durmientes, esparciendo su pestilente contradicción. Tanto sí, sí, sí, por fuerza ha de acabar fétidamente. No soltar nunca un no (por ejemplo: "Carod, no", "Putin, no", "banqueros, no") equivale a una muy freudiana retención de heces. Pfffff... Entretanto el sudoku del gran dormilón se va formando solo, entre falsas negociaciones y voluntades podridas. ¿Qué se van a repartir? ¿La miseria? Una miseria a quince o quince miserias a uno no difieren en gran cosa. Pero los miserables se quedan más edificados.

En España

    0
    comentarios