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El español: ¿fácil o difícil?

La dificultad mayor está en el español escrito más o menos literario por razón de los acentos (que parecen tan caprichosos), el género masculino o femenino de las cosas inanimadas, los verbos irregulares.

bartolis dijo el día 19 de Abril de 2009 a las 21:37:

Lo curioso del español, me lo han confirmado multitud de extranjeros, es que en nuestras conversaciones lo importante muchas veces no es lo que decimos sino como lo decimos, por ejemplo dependiendo de la entonación una frase puede ser un insulto o una simple interjección ; hablamos en sentido figurado continuamente y el número de frases hechas que utilizamos es muy grande y evoluciona constantemente, sobre todo entre los jóvenes.
Yo creo que para hacerse entender de todos los idiomas europeos al menos es el mas fácil, pues los hipanohablantes le echamos mucha imaginación cuando un extranjero chapurrea nuestra lengua; es mas una vez oí que se había hecho una encuesta a este respecto, por una cadena de escuelas de idiomas extendida por muchos países y la conclusión había sido que a nivel de comprensión la lengua mas fácil era el español.

losiento dijo el día 19 de Abril de 2009 a las 11:08:

Por mi experiencia enseñando español a extranjeros de muy diversos orígenes y niveles durante varios años, y por mi propio conocimiento el idioma haciendo un poco de lingüística comparada, me atrevería a decir casi con total seguridad que la principal dificultad del español radica en el subjuntivo. Si este modo verbal no existiera, se habría eliminado más de la mitad de toda la dificultad que representa el idioma para los extranjeros, incluso para aquellos donde existe el subjuntivo, como los hablantes de lenguas latinas, pero en las cuales el uso de dicho modo es mucho más restringido (con la salvedad, quizá, del italiano, donde el subjuntivo sí es muy usado como en español).

La segunda dificultad es el pretérito perfecto simple (o indefinido), aunque dado que afecta a un número de verbos porcentualmente pequeño, sería una dificultad más fácil de superar que la del subjuntivo.

Otras dificultades que siempre se han mencionado, como la diferenciación ser/estar, o el género de los sustantivos, por mi experiencia creo que en un período de tiempo aceptable se pueden dominar sin excesivo esfuerzo, ya que además se pueden enunciar al respecto unas reglas básicas relativamente fáciles de aplicar.

De modo que volviendo al principio nos encontramos con que el principal "escollo" para acelerar la universalización del español (a las más remotas culturas y países) es, por tanto, el subjuntivo. El problema es: ¿cómo renunciar a un modo verbal que es tan característico de nuestra lengua? ¿Cómo obligaríamos a los propios hispanohablantes a no usarlo, cuando es algo espontáneo y natural? ¿Qué sería de toda nuestra producción escrita anterior, habría que reescribirla, a riesgo de que perdiera gran parte de su belleza "formal"? Tal vez la clave es "inventar" un español simplificado (sin subjuntivo) como primer estadio para hacer accesible el idioma y en un segundo estadio se podría empezar a introducir el subjuntivo. Conozco a muchos amigos extranjeros que nunca usan el subjuntivo. Al hablar a veces suena un poco extraño, pero se les entiende perfectamente y si pronuncian bien no se notaría en absoluto "la extrañeza" en más de un 90% de lo que dicen...

Cientos de millones de personas en todo el mundo hablan inglés como segunda lengua, pero lo hablan de forma defectuosa, con muchas carencias gramaticales y léxicas y una dudosa pronunciación. Propongo, pues, para el español, que demos un paso adelante, que abandonemos posiciones excesivamente conservadoras, academicistas y puristas, y enseñemos un español sencillo que pueda aprender gente en todo el mundo. Sólo entonces podremos decir que nuestro idioma ha alcanzado rango de lengua verdaderamente universal. ¿Acaso no es preferible que millones de chinos, hindúes, árabes y africanos lleguen a hablar español aunque sea de forma rudimentaria, en vez de seguir circunscritos a nuestro “compacto y localizado” bloque iberoamericano?

José Ramón Bravo

splash dijo el día 19 de Abril de 2009 a las 06:05:

Lo más dificil para los angloparlantes es el subjuntivo (o eso creo).

paserifo dijo el día 19 de Abril de 2009 a las 03:36:

Se olvida de dos cosas. Primero, la abundancia de refranes, frases hechas, chascarrillos, juegos de palabras, etcétera que manifestamos habitualmente los hispanohablantes. No sé si hay un estudio sobre este asunto, pero sospecho que el Español es el idioma en que más importancia tienen estas cosas. Quizá sea que somos demasiado literatos, o que tenemos mucha herencia de los antepasados, y la usamos a menudo. Desde luego, creo que los Españoles somos los que más hablamos de estos contornos. Y también somos los que más decimos, aunque no parece que escuchemos mucho, siquiera oigamos.

Segundo. Los aprendices de español no sólo se equivocan de género gramatical, o tropiezan con los irregulares (o las irregularidades que regularmente aparecen en muchas palabras). También se confunden mucho con el número. Pero sí que es curioso que, con todos esos ‘errores’, nos acabamos entendiendo. Parece más fácil entenderse con un extranjero que habla a duras penas que con un connacional. ¿Tendrá esto algo que ver con la actitud mental o espiritual? ¿Somos más indulgentes con los distintos, y abrumadoramente intransigentes con nuestros iguales, hermanos de idioma, de país, de Historia, etc.?

Tercero. El japonés es un idioma mucho más sencillo que el español. Su gramática cabe en tres folios. Y la fonética es muy parecida a la española: cinco sonidos vocálicos que casi no varían. Es moraico, y en español tenemos aún ciertos rescoldos de las moras latinas. El único problema es la enorme complejidad de su léxico, influida directamente por su sistema de escritura. Tienen dos silabarios, y miles y miles de logogramas: unos son primarios y representa cosas de la naturaleza o del mundo; otros son más complejos y tienen que ver con oficios, ocupaciones o técnica; otros son complejos, y se forman a través de radicales de logogramas más simples, de modo que también pueden deducir de alguna manera el significado de tal o cual carácter. Pero todo eso no les sirve de mucho pues hay palabras que, teniendo el mismo sonido, significan cosas diferentes y se dibujan de forma diferente; Y también hay logogramas que son muy parecidos pero su pronunciación y su significado no se parecen entre sí o muy escasamente.

El chino es bastante más complejo que el japonés, pues en su gramática hay un concepto que es casi exclusivo de esta lengua: el tono. Hay palabras que según el tono, la cadencia con que se pronuncian, cambian por completo su significado. Para más inri, los distintos tonos no se marcan con un simple acento o marquita encima del logograma: ¡muchas veces cambia el logograma totalmente de forma, pero su prounciación es semejante (sólo cambia el tono) y su significado cambia por completo!

Creo que el alfabeto latino y nuestro sistema de escritura es el mejor de todos: no es muy expresivo <em>per se</em>, pero es fácil componer palabras nuevas juntando letras, raíces, prefijos, o formar perífrasis añadiendo adverbios o tópicos. Y dentro de los idiomas con alfabeto latino, creo que el español es el más flexible y el más rico y el más vivo, siendo el inglés el más sencillo y el más fácil de enseñar y aprender (a un nivel funcional, no erudito, desde luego). Evidentemente, mi opinión no es un hecho científico. Ni siquiera podría contar como una pura deducción deducción racional, pues tiene matices sensuales. Quizá alguien podría acusarme de etnocentrismo. Pero creo que las cosas se tienden a simplificar y que es más importante el mensaje que el sobre, el paquete, el mensajero o la furgoneta. No es más importante que el destinatario ni que el remitente, pero cuanto más simple sea la comunicación, tanto mejor. Creo, por lo tanto, que si la humanidad sobrevive a sí misma, dentro de cinco mil años no habrá logogramas. Sólo habrá algo muy parecido al alfabeto latino. Y espero que desaparezcan muchos acentos y símbolos raros y cambiantes que aparecen en muchos idiomas europeos.

Einstein decía que las cosas hay que hacerlas tan secillas como sea posible ¡pero no más!. Efectivamente, hay que cuidar mucho lo que se dice y cómo se lee o se escucha, porque, como dicen los informáticos, el 99 por ciento de los problemas se encuentra entre la silla y el teclado.

Bueno, ya dejo de escribir. Espero que alguien llegue hasta aquí.

Ha sido un placer manipular tu mente, querido lector :–)

Salud