Menú

La normalización lingüística franquista

Para aquel régimen, que también era nacionalista, que hubiera españoles que tuvieran como lengua propia el catalán era una "anomalía" tan erradicable como lo es para los nacionalistas de ahora que haya catalanes que tengan como lengua propia el castellano

Honda dijo el día 6 de Marzo de 2010 a las 20:04:

También Franco pudo cometer errores. En mi opinión, uno de ellos, precisamente, dar carta blanca a las ikastolas.
Si considera que hacer obligatorio el uso del español en España, para relacionarse con la Administración, o en la escuela pública, es una imposición nacionalista, entonces tendremos que pensar que Francia es un país nada democrático, puesto que el único idioma en que se estudia obligatoriamente es el francés, ¿no?
Además no entiendo que diga que existe un nacionalismo español. El nacionalismo quiere crear una nación y odia a aquélla de la que forma parte. España es una nación, y los españoles no tratamos de romper nada.

jamp46 dijo el día 6 de Marzo de 2010 a las 18:10:

Soy mallorquín, nací en 1946. Efectivamente estudié en castellano como habían hecho mis padres y mis abuelos y así desde los decretos de Nueva Planta, concretamente , en Mallorca desde el Obispo Díaz de la Guerra, (1750, más o menos)contra el cual se soliviantó el cabildo, pero a mi nadie me impidió hablar mallorquín, ni siquiera tropecé con ningún imbécil que me dijera "hábleme usted en cristiano". En Mallorca funcionaba una compañía de teatro profesional, la Artis que ponia en escena obras en lengua vernácula, muchas veces subvencionadas por los ayuntamientos y muchos grupos amateur, yo colaboré con uno y estrené varias obrillas, que pasaron la censura. No en Palma , pero si en los pueblos los curas predicaban en mallorquín. Con algunas dificultades, se editaban libros y revistas ( ej. col·lecció les illes d'Or" o Raixa) Radio Popular emitía cada semana el programa "Sa rondalla des diumenges". Los premios ciudad de Palma tenían las dos modalidades, catellano y mallorquín(entonces casi nadie en Mallorca pensaba que hablaba catalán). Yo mismo en 1969 gané un premio en unos juegos florales con un cuento titulado "ball de debutants", organizados por el ayuntamiento de Llucmajor, y de mis tiempos de desafinar en el Orfeón Municipal de Palma ( Director Felipe Moreno, granadino)recuerdo muchas composiciones , empezando por La balanguera, en mallorquín. Esto es así, aunque los intoxicadores actuales pretendan ignorarlo.

narabanc dijo el día 5 de Marzo de 2010 a las 22:12:

¡Ay D. Guillermo, mas le valiera haberse documentado antes de escribir!. Sin Franco, es posible que hoy no escribiéramos ni Vd. ni yo.
He leído en el blog de D. Pío Moa la realidad del trato a las lenguas regionales. Le invito a que lo lea y también mi comentario.
Salud.

pintano dijo el día 5 de Marzo de 2010 a las 20:53:

Todos alaban la gran riqueza que supone la diversidad de lenguas en España.
Pero en cuanto tienen algo de poder, todos, franquistas y antifranquistas, tratan de imponer el monolinguismo.

Y es que hay una riqueza superior a esa diversidad babélica: la existencia de una lengua común, respetada y protegida que permita a todos los españoles circular sin trabas por el territorio nacional, instalarse sin traumas en cualquier parte del mismo y no ser perseguido por auténticos talibanes lingüísticos.

RIPA dijo el día 5 de Marzo de 2010 a las 14:16:

Guillermo Dupuy

Estimado Sr: Me parece que usted descubre el Meditarráneo. Le falta una visión de conjunto, o sea, le falta contexto para plantear la cuestión en toda su complejidad. En efecto, muchos "nacionalistas españoles" como usted dice, que consideraban los nacionalismos periféricos como unos de los principales causantes de la guerra civil, identificaron absurdamente lenguas regionales con separatismo. Pero recordará lo que Dionisio Ridruejo, casado con una catalana, cuenta en su libro "Escrito en España". Dice éste, que tras la toma de Barcelona, llevaba a esa ciudad una gran provisión de libros escritos en catalán, libros que no llegaron a distribuirse porque lo impidieron, con gran disgusto de su parte, creo recordar, algunos de esos nacionalistas a los que usted se refiere y que tenían poder para ello.
Comprenda que esta cuestión viene de muy atrás, dándose el caso casi ridículo de traducir las obras de Balmes al catalán, lo que indica a mi juicio que el propósito de "estrangular" el castellano viene de lejos. Si usted repasara un poco la bibliografía, tan abundante y tan varia, acerca de los nacionalismos, vería que los primeros brotes de los nacionalismos, aún en su fase más benigna, se producen en este terreno... pero no puedo menos que decirle que su artículo es superficial y que tiene razón Cristina, tan admirable y admirada siempre, en la réplica que le da.

LeonAnto dijo el día 5 de Marzo de 2010 a las 13:39:

Discrepo con los artículos de Losada y Dupuy, así como con el comentario de "amadeus", respecto a lo que conozco muy bien, el trato a la lengua catalana, dado a la misma, por la administración española, estatal, regional y local, durante los últimos 80 años (vividos por mí, con uso de razón los últimos 46). Si tengo tiempo luego, lo desarrolllaré más, pero decir, básicamente, que la Administración de Franco desconfíaba del uso público del catalán y lo vigilaba, pues había muy malos antecedentes (separatistas), por contra lo que realiza la Administración actual, sea cual fuere (unos por acción y otros por omisión) es la persecución del español, en Cataluña.

amadeus dijo el día 4 de Marzo de 2010 a las 23:53:

Me alegra leer este artículo y ver definidas como "lenguas españolas" al catalán, al euskera y al gallego. Es exactamente como yo lo veo. Efectivamente creo que puede verse a Franco como un precursor de ciertas políticas lingüísticas que pretenden aplicarse hoy en día en regiones bilingües. Yo también defiendo la pluralidad y considero la diversidad lingüística en España una riqueza que debemos conservar.

Pero quisiera añadir algo que echo en falta en el artículo. Si Franco representa un nacionalismo españolista excluyente, hoy también existen herederos suyos tan opuestos como él a la diversidad y que son el reverso de la moneda de los nacionalistas periféricos.