Menú

Sólo nos queda acatar la sentencia

Acataré la sentencia del Tribunal Constitucional porque ese es mi deber. Como el del resto de ciudadanos españoles. Cualquier otra cosa nada tiene que ver con la democracia.

Pitufito dijo el día 16 de Abril de 2010 a las 18:34:

O no, recordemos que el TC también puede prevaricar.

Pospores dijo el día 16 de Abril de 2010 a las 17:17:

Hay una cuarta Antonio: acatarla porque no me queda más remedio.

El problema del estatuto no es que se anticonstitucional, que lo es por los cuatro costados, sino que es un atentado contra la propia democracia (es decir, si fuese constitucional, la CE no sería democrática). Y el caso es que yo no estoy por acatar -salvo que no me quede más remedio - normas que vulneren princpios democráticos, ni aunque sean apoyadas por una mayoría. Sobre ciertos aspectos de mi vida no tolero que se inmiscuya el poder político, así lo apoye el 80 % de una sociedad enferma de totalitarismo. El modelo lingüístico establecido en el estatuto es puro fascismo lingüístico (agravado por las pretensiones de determinar la identidad cultural de los catalanes, terreno vedado para el poder político en una democracia), y si pudiese obviar sus restricciones por tener fierza para ello, no dudes ni un momento que me lo pasaría por el forro; eso sí, sin restringir los derechos de los que prefieren emplear el catalán.

Desde otro punto de vista. Tu planteamiento es correcto si se tratase de un Tribunal que sentencia conforme a criterios jurídicos, sin retorcer no manipular su propia jurisprudencia, la de tribunales internacionales y principios de validez universal en democracia, como ha venido haciendo el TC desde la sentencia de RUMASA y posteriores. Pero este TC, cuya presidente está en su cargo contra la propia Constitución, que impide que se prorrogue su mandato (claro que el TC, mira tú por dónde, dice que sí es constitucional la prórroga tomándonos por analfabetos a todos).

Encima, resulta que nuestra Constitución - mal redactada, lo que da lugar a los atropellos que estamos viviendo - es casi irreformable mediante el mecanismo previsto en ella (Jorge de Esteban escribió sobre ello un brillante artículo en El Mundo),y desde luego lo es si los dos partidos mayoritarios no se ponen de acuerdo para jorobar a los nacionalistas (que están resultando imprescindibles para gobernar España y determinadsa comunidades autónomas: el PSOE o sus franquicias no podrían gobernar en algunas si no es con su apoyo).

Por lo tanto, acataré la sentencia porque no me quedan más "güevos", pero si se declara constitucional lo que dice ese bodrio totalitario -fascistoide respecto a muchas cosas, diré que es una bazofia y que hay que cambiar la Constitución por antidemocrática y, por lo tanto, ilegítima. Y si alguien propone elaborar una nueva corrigiendo los desaguisados de ésta, aunque no sea respetando las vías de reforma previstas en la vigente, pues lo apoyaré, porque los partidos han secuestrado la voluntad de la inmensa mayoría de los españoles y el sentido común y de la decencia democrática. Apoyaría una convocatoria a Cortes constituyentes y a referéndum. La nueva ha de garantizar que se pueda recibir los servicios públicos en toda España, y la igualdad de derechos independientemente de´la parte de España en la que se reesida.