Cuando vemos a un equipo siempre nos queda la duda de la influencia de su entrenador. En el caso del seleccionador chileno, Marcelo Bielsa, esa duda se disipa viendo la evolución desde un equipo siempre apático y con poca sangre en el pasado a otro marcado por la intensa competitividad que presenta ahora la "verdadera" Roja.
Me reconozco admirador de Bielsa por sensaciones y claridad, por elegir una tercera vía clara entre el "menottismo" y el "bilardismo" y por pensamientos que adjunto sacados de su biografía Lo suficientemente loco:
Tengo ideas que difícilmente abandono porque me hacen como entrenador. Me siento más cómodo si el equipo que dirijo logra atacar durante más tiempo del que defiende. Cuanto más rápido recuperemos la pelota, más posesión tendremos. Haré los esfuerzos para que esa idea sea bienvenida por los jugadores.
Si tuviera que elegir, diría que me siento más cómodo con el orden que con la espontaneidad. Hay entrenadores que propician un clima creativo dentro del equipo. No es que yo no valore eso, pero hay situaciones que son antagónicas y un técnico no puede estimular simultáneamente las dos cosas.
Pero dadas las bajas importantes para el partido en España (Carmona el metrónomo del centro del campo y Matías Fernández), Marcelo Bielsa tiene que cambiar su clásico 3-4-3 por un más equilibrado 4-3-3, no buscando el empate pero sí intentando quizás contrarrestar el pase interior de la selección española.
En la portería, Bravo, a quien ya conocemos de sobra en España con sus grandes virtudes como son la rapidez bajo palos, el dominio del área, el excelente golpeo de pelota y la decisión para asumir riesgos en las salidas laterales, quizás a veces excesivos.
El lateral derecho, el titular indiscutible es Mauricio Isla. Comenzó su carrera en la sub 17 de central o pivote defensivo, pero su dinámica, capacidad de robar y sacrificio le han llevado a ser un lateral consistente y como fiel guardaespaldas de Alexis Sánchez, del que hablaremos más tarde.
El bajito pero consistente Waldo Ponce es otro titular en el centro de la defensa. Casi seguro estará acompañado del "pitbull" Medel, quizás en un puesto donde no tiene el recorrido como pivote, aunque su corazón, garra, velocidad, agresividad, intensidad competitiva, me hacen pensar que si jugara de portero hasta lo haría bien. Una duda: ambos tienen poca talla y el juego aéreo puede estar a nuestro favor.
De lateral izquierdo, el reconvertido a ese puesto desde el central y a pie cambiado, Gonzalo Jara. Otro guerrillero que corre, sufre, mete, compite, se deja la piel: los valores defensivos que Bielsa propugna. Por ello se gana el puesto por delante de otros jugadores con más perfil natural como Cereceda.
Por delante, organizando y destruyendo el versátil y también mega competitivo Arturo Vidal. Todo un líder que lleva a sus 22 años más de 200 partidos profesional y tres temporadas como indiscutible en el Bayer Leverkusen. Escorado algo más a la derecha pero arrancando por dentro, el conocido Mark González, que ya no tiene esa explosividad pero conserva la calidad. La novedad quizás sea la titularidad por primera vez en el torneo de Marco Estrada, un zurdo que juega en el Universidad de Chile y que su mejor virtud es el pase interior dónde Bielsa buscara habilitar a sus tres delanteros.
Porque el argentino siempre deja tres arriba. Por la derecha el jugador más interesante, ese niño prodigio que debutó con 16 años en el Cobreloa en Primera División, el "niño maravilla", Alexis Sánchez. Lo tiene todo: velocidad con la pelota pegada al pie, excelso nivel técnico, profundidad, regate, creatividad y hasta cierta cuota de gol. Para mí, el mejor chileno, que ya está en la agenda de Manchester United e Inter de Milán. Es el único claro porque luego tres jugadores se pelean para dos puestos. O jugar con un punta claro, que es lo que creo más seguro, con Suazo. El jugador ya ha mostrado su capacidad de definición estos seis meses en Zaragoza. El práctico y gran centrador de origen haitiano Beausejour, con su zurda cayendo al carri; o la creatividad demasiado intermitente de Valdivia en el enganche, que, en este caso, dejaría como nueve en una posición poco propicia a Alexis Sánchez.
Un partido para jugarlo desde el primer minuto como una autentica final porque Chile así lo va a plantear.