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EDITORIAL

Barreda dice lo que muchos callan

Esta respuesta contundente del aparato socialista, señala que las críticas de Barreda son un exabrupto ocasional fruto de la improvisación, sino la expresión de un deseo bastante extendido en amplias capas del PSOE.

La arremetida del presidente de Castilla-La Mancha contra José Luis Rodríguez Zapatero ha provocado un terremoto dentro del PSOE, cuyos referentes nacionales se han disputado el primer puesto a la hora de refutar sus declaraciones cada cual con más vehemencia. Esta respuesta contundente del aparato socialista, señala que las críticas de Barreda y la sugerencia a Zapatero de que evite repetir como candidato nacional no es un exabrupto ocasional fruto de la improvisación, sino la expresión de un deseo bastante extendido en amplias capas del PSOE que los actuales dirigentes del partido necesitan anular de forma inmediata.

Como era previsible, el presidente castellano-manchego se ha desdicho rapidamente de sus comentarios para cubrir las apariencias, pero el objetivo de esas declaraciones ya está cumplido.

Tratándose de un político socialista, es difícil admitir que las palabras de Barreda respondan a la honda preocupación de un español responsable acerca de la suerte de su país si sigue en manos de su jefe de filas. Más cerca de la verdad estaremos si situamos esta rebelión de un presidente autonómico en el contexto de la proximidad de una cita electoral en la que tiene todas las papeletas para salir derrotado.

La cercanía al proyecto de Zapatero puede ser la tumba definitiva de las aspiraciones socialistas en feudos tradicionales de ese partido y, ante esa evidencia, Barreda no ha hecho más que lo necesario para su supervivencia al frente de Castilla-La Mancha. Sin embargo, las palabras de Barreda son, ante todo, el reconocimiento del fracaso colectivo del socialismo de Zapatero que, como todas las versiones anteriores, ha demostrado sobradamente su incapacidad para responder a las necesidades de una sociedad moderna y su potencial destructivo cuando el país atraviesa un periodo de crisis. 

Esto lo sabe bien José María Barreda, presidente de una comunidad autónoma incapaz de avanzar en cualquier índice de prosperidad después de treinta años de socialismo.

Sí, Zapatero debe irse cuanto antes. Barreda y sus colegas socialistas también. En cuanto toque.

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