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Chacón se distrae

Sigue sin saberse en base a qué y con qué perspectiva política y militar se piden dos meses más de prórroga. Aunque poco importa, porque la petición en el Congreso era en base a hechos consumados.

Nadie, a excepción de la ministra de Defensa, entiende a estas alturas la necesidad de imponer tiempos tan breves a la misión en Libia ¿Por qué un mes, cuatro, o un año, cuando ningún otro país lo ha hecho? Y sigue sin quedar claro después de la celebración de la comisión de Defensa del Congreso, en la que Chacón –después de un largo silencio– solicitó una prórroga de dos meses para el control y garantía de la zona de exclusión aérea de Libia en la que participamos.

La primera solicitud hecha por el presidente del Gobierno fue de un mes, decisión temporal que Chacón afirmaahoraque estaba sujeta a las sugerencias del Estado Mayor. Como acostumbra, ella misma entró en contradicción durante su reciente comparecencia, al afirmar una y otra vez que un mes es poco tiempo para ver resultados concretos, sobre todo en el ámbito militar. Es decir, sigue sin saberse en base a qué y con qué perspectiva política y militar se piden dos meses más de prórroga. Aunque poco importa, porque la petición en el Congreso era en base a hechos consumados. Una dinámica que este Gobierno ha seguido demasiadas veces cuando incumbe a nuestras tropas españolas en el exterior: eludiruna reflexión y un debate previoses marca de los socialistas. Lo que más choca es que aunque la Comisión nadie tenía muy claro lo que se votaba –dicho en boca de varios portavoces– se votó. Y se votóademás con dudas sobre el alcance de la misión, con desconocimiento sobre lo que ocurre allí, con incertidumbres sobre los objetivos, y sobre todo con ignorancia sobre el compromiso de España y su papel allí. Como en otras ocasiones, Chacón añadió mucha más confusión a la que ya había.

En su comparencia del 22 de marzo, Zapatero hizo una ferviente defensa de la resolución 1973 que según sus palabras, no pretende la expulsión del coronel Gadafi del gobierno de Libia. Pero, según Chacón, ahora el dictador debe abandonar el poder, sumándose al carro de Sarkozy, Cameron y Obama. ¿Se ha desmarcado de la posición de su jefe?¿La posición española evolucionó hacia otros derroterossin pasar por el Parlamento?¿O más bien vamos a remolque de los demás? Ni ellos mismos lo saben, ni la oposición se lo ha exigido. Es igual que la resolución de la ONU,que  ya no es tan clara como hace un mes. Porque ahora, según Chacón, se podrían revisar los cometidos para una eventual nueva misión, ounaampliación de la actual misión a acciones de apoyo a la ayuda humanitaria. Y aquí la ministra la líoa base de bien.

Aunque en la petición oficial no constaba, Chacón solicitó al Congreso la aprobación para que los medios militares disponibles en Libia puedan participar en una misión de ayuda humanitaria que no existe, y que la ONU no ha solicitado. Es decir, que se trataba de dar carta blanca al Gobierno para hacer con los militares lo que le dé la ganasin preocuparse por ello,quizá porque ella estará en otros asuntos electorales.Y esta es la clave:  el motivo por el que florecen cada vez más las contradicciones y claroscuros en sus comparecenciases que Chacón está a otra cosa. Algo peligrosísimo en un puesto tan delicado como el suyo. ¿Que dirá si sus distracciones nos acaban costando caro?

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