Se ha recordado a los amotinados, en difícil lección de geografía, que esto no es Egipto ni Túnez. Cierto. Pero es un rasgo egipcio, y recurrente, que aquí la igualdad ante la ley se tome por el pito del sereno.
Cristina Losada
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Senex dijo el día 20 de Mayo de 2011 a las 10:35:
Vale, y muy bien, Cristina. Ocurre que en España no tenemos un estado de derecho -menos que en cualquier otra época que yo recuerde, y recuerdo hasta muy lejos- y prevalece el principio antijurídico de que el fin justifica los medios. El fin, naturalmente, es la posesión del poder político -puerta de de otros muchos poderes-. Como nos hemos dotado para ello de un sistema electivo, las técnicas para condicionar el resultado de las urnas son los medios, éticamente irrestrictos. Haciendo abstracción de la génesis del movimiento 15-My, no hay partido político que no se esté planteando y ejecutando la estrategia más adecuada para llevar el agua a su molino, o, si no es posible, o demasiado complicado, al del molino del socio gubernativo potencial. Para asociados útiles de esta clase tenemos varios candidatos: En primer lugar, IU y sus análogos ideológicos -más o menos antisistema- regionales, y, mucho después, a UPyD, C´s..., cuyos programas políticos constitutivos ya acogían bastantes -por lo menos, las más razonables y empáticas- del torbellino de exigencias de los acampados urbanos. En esta tarea, todos corren el insoslayable riesgo del aprendiz de brujo. Los que estamos muy descontentos del funcionamiento de nuestra democracia, arrinconando lo que nos dice la razón, abrigamos un rayo de difusa esperanza. Eso explicaría bastante los apoyos apartidistas -que también los tiene- al 15-My.
Con aprecio y afecto.
Vale, y muy bien, Cristina. Ocurre que en España no tenemos un estado de derecho -menos que en cualquier otra época que yo recuerde, y recuerdo hasta muy lejos- y prevalece el principio antijurídico de que el fin justifica los medios. El fin, naturalmente, es la posesión del poder político -puerta de de otros muchos poderes-. Como nos hemos dotado para ello de un sistema electivo, las técnicas para condicionar el resultado de las urnas son los medios, éticamente irrestrictos. Haciendo abstracción de la génesis del movimiento 15-My, no hay partido político que no se esté planteando y ejecutando la estrategia más adecuada para llevar el agua a su molino, o, si no es posible, o demasiado complicado, al del molino del socio gubernativo potencial. Para asociados útiles de esta clase tenemos varios candidatos: En primer lugar, IU y sus análogos ideológicos -más o menos antisistema- regionales, y, mucho después, a UPyD, C´s..., cuyos programas políticos constitutivos ya acogían bastantes -por lo menos, las más razonables y empáticas- del torbellino de exigencias de los acampados urbanos. En esta tarea, todos corren el insoslayable riesgo del aprendiz de brujo. Los que estamos muy descontentos del funcionamiento de nuestra democracia, arrinconando lo que nos dice la razón, abrigamos un rayo de difusa esperanza. Eso explicaría bastante los apoyos apartidistas -que también los tiene- al 15-My.
Con aprecio y afecto.