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¿Por qué EEUU da la bienvenida a los inmigrantes?

Damos la bienvenida a los inmigrantes por las contribuciones que hacen y porque aceptan la lealtad inherente a la ciudadanía americana.

Opina dijo el día 2 de Agosto de 2011 a las 15:25:

El islam no plantea un reto de interculturalidad como sí podrían plantearlo inmigrantes polacos o búlgaros. Estos últimos difieren en lengua y numerosas tradiciones y costumbres, pero comparten con el resto de los europeos una misma cosmovisión, un mismo acervo de valores básicos y, en todo caso, una misma vocación de pluralismo.

Que el islam no es meramente una religión tal y como la entendemos los europeos es un hecho tan palmario que no debería merecer ni dos líneas, pero al parecer la mayoría lo ignora. El islam es el elemento cohesionador y vertebrador que predetermina las adhesiones y lealtades que sus seguidores van a profesar. Su encaje en Europa (y en USA) no es posible mediante la interculturalidad que caracteriza a las sociedades abiertas. Sólo es posible si cedemos y admitimos la imposición de un sistema multiculturalista formado por comunidades estanco que vivan de espaldas las unas de las otras y que sólo tengan en común el pago de unos impuestos y la recepción de unos servicios. Pero esto, amigos míos, es la primera piedra para la destrucción irreversible de la Civilización Occidental, es la desaparición de las comunidades culturales y políticas tal y como las entendemos y las hemos construido.

Opina dijo el día 2 de Agosto de 2011 a las 15:13:

(continuación del anterior post)

4.- Los postulados economicistas defendidos principalmente por la socialdemocracia pero también por nutridos sectores del liberalismo, reducen el problema de integración a una cuestión meramente de impuestos y servicios. Para ellos, la sociedad es una mera agregación de individuos que pagan impuestos y esperan servicios. No dejan margen ni lugar para los elementos intangibles configuradores del alma de cada pueblo o civilización. No tienen en cuenta que los pueblos son lo que son, sus valores son los que son, las ciudades y su diseño urbanístico es el que es, el arte y la música que se crean son como son y han sido, por algo que no es la economía, los impuestos y los servicios, sino por los valores morales subyacentes que han ido perfilando las normas de convivencia, los principios que rigen la vida de las personas y sus relaciones sociales y políticas. Pensar que nada cambia si trasplantas enormes contigentes de población con una cosmovisión completamente distinta, cuando no opuesta, como es el caso del islam, es de ilusos.



Opina dijo el día 2 de Agosto de 2011 a las 15:12:

Esta filosofía, la de la asimilación y la lealtad única al país de acogida, con la que coincido plenamente, no funciona con los musulmanes, salvo honrosísimas excepciones. Ni en Estados Unidos ni, mucho menos, en la confundida y desorientada Europa que ni tan siquiera exige integración y aún menos exige lealtad a los foráneos que instalan en ella con o sin papeles. Con la mayor parte de los musulmanes ni funciona ni funcionará por varias razones estechamente relacionadas entre sí:

1.- Los musulmanes, muy por encima de diferencias de pasaporte, se sienten parte de una única nación con vocación planetaria, la Umma, el Islam. Esta es, en primera o última instancia, la única lealtad que profesan y, en todo caso, es la que está por encima, a años luz de distancia, de todas las demás.

2.- Comúnmente, cuando se habla de racismo, xenofobia, etc. se suele señalar a los ciudadanos europeos o norteamericanos de raíz judeocristiana, es decir, a los europeos y norteamericanos "blancos". Pero no se quiere ver que en la cosmovisión de los musulmanes el racismo y la xenofobia están plenamente asumidos, y sin complejos, con orgullo y pleno convencimiento de estar en posesión de la verdad absoluta y de una superioridad moral incuestionable sobre cualquier otro pueblo.

3.- La mayoría de los musulmanes no ve necesidad de integrarse, en parte porque, especialmente en Europa, el modelo que se les ofrece es un modelo que duda de sí mismo hasta la médula, que se muestra débil, inseguro, que en muchas ocasiones practica el auto odio y la auto culpabilización de todos los males del Universo. Nadie quiere imitar algo que se muestra, que se ofrece, como despreciable. Nadie quiere parecerse a aquellos que se avergüenzan de ser lo que son, si es que saben lo que son, que ya es decir.

(sigue...)