Pero es que, Emilio, la "conjura de los mediocres", según me parece, es la consecuencia general de la praxis democrática en todos los tiempos y lugares. Cierto intelectual americano con el que llegué a intimar, se lamentaba, con mi sorpresa, de la mediocridad de todos los presidentes que hasta entonces habían desfilado por la Casa Blanca; con reservas, exceptuaba a Wilson. Si eso ha sido así en USA, ¿qué no será por nuestros andurriales?. Sólo es por error de cálculo o estimación de los electores, que prefieren a uno de ellos y de "traje gris", como ellos, cuando por vía democrática resulta que nos encontramos a un personaje dotado de excelencia al frente de la gobernanza de los pueblos. Tanto se insiste en que cualquier otro procedimiento es peor que no me atrevo ahora a contradecirlo, aunque mis reservas tengo. Es posible, se me ocurre, que cuando en algún país se prospera con el sistema democrático para elegir a sus gobernantes es porque ese país está organizado para que esa gobernanza sea una pura apariencia, y que la real la ejerzan eso que se ha dado en llamar "los poderes fácticos". Si éstos son buenos y benéficos, miel sobre hojuelas. Acaso esto sea el caso de USA (acordémonos de "lo que es bueno para la General Motors es..."), hasta ahora, y la pretensión de los "Grandes Orientes" y de los "brujos" y "dinosaurios" retornados (García Domínguez, hoy).
Atentamente
Pues si UPyD no se equivoca mucho quizá pueda conseguir lo que quiso hacer Julián Besteiro en 1930 con el PSOE y que Largo Caballero y Prieto le impidieron (y volvieron a impedir en Diciembre de 1933): un Partido Social-demócrata.