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Un discurso casi autocrítico

El discurso de este año ha tenido altura. Ha levantado acta de la idea central de la Monarquía Parlamentaria: “La justicia es igual para todos.” ¿Es así en España?

elviejoy dijo el día 26 de Diciembre de 2011 a las 06:13:

No creo que, de ninguna manera, el Rey promocionara que se eliminase su inviolabilidad porque, en tal caso, debería explicar cómo se ha enriquecido desde que fue coronado. La Casa Real, en ese momento, carecía de riqueza alguna y hoy en día posee una de las mayores fortunas de España.
Debería rendir cuentas sobre las turbias relaciones que mantuvo en relación al caso KIO y a las adjudicaciones del AVE, en la que fue vox populi -incluida la prensa- su supuesto aprovechamiento mediante la acción de testaferro de su amigo íntimo -que sí fue condenado- el descendiente del Almirante de las Indias Occidentales. A lo que hay que sumar conductas y amistades poco claras.
Así mismo, sería bueno que, de una vez por todas, se aclarse su actitud frente al Golpe de Estado del 23 de febrero de 1.982. Y no es conspiranoica la referencia a conversaciones mantenidas con las Capitanías de las II y III Regiones Militares -Andalucía y Valencia, respectivamente-, según los testimonios de testigos activos e indirectos -a lo que hay que sumar las reuniones de Armada con el PSOE y el PCE, entre otros, en las que quedaba claro que actuaba como emisario del Monarca para crear un gobierno de concentración nacional . El Consejo de Guerra fue algo similar a lo ocurrido con el Juicio del 11-M y no puede irse de rositas afirmando que ni él sabe que aconteció aquel día.
En fin, que es a su heredero al que le queda la labor de modernizar la Institución de la Monarquía, igualándola al Derecho Constitrucional en estos asuntos y en el de la no discriminación por sexo. Pues el Rey no puede, por conveniencia y por un pensamiento anticuado, tanto como porque desde hace muchos años que su hijo Felipe fue proclamado Heredero. Sí sería ya hora, en tal sentido, que abdicara para así revitalizar a la Corona y dar, con este acto, un impulso nuevo a la nación de cara a los duros años que aún quedan por venir.