Es un día negro, un día de luto para España. Que un terrorista como Troitiño vea la luz del sol, nos deja en tinieblas a todos los que confiamos en la Justicia. ¿Por qué? Es lo único que logro preguntarme. ¿Por qué no han esperado ni siquiera al parecer del Tribunal Supremo? ¿Por qué insisten en acabar con cualquier rayo de esperanza para las víctimas de esos asesinos?
Es en las víctimas en quienes pienso en este difícil momento y a quien brindo mi apoyo y mi trabajo diario para conseguir unas leyes más justas. Hoy, más que nunca, se hace necesario el cumplimiento íntegro de las penas.
Este grupo de terroristas excarcelados acumulaban miles de años de condena y, al final, ¿qué nos queda? Ellos celebrando y nosostros llorando. Una triste fotografía que empieza a repetirse ante la rabia y la impotencia de la sociedad española.