Catalán y de pueblo
(de Sampedor),
has sido futbolista
y entrenador.
Y demagogo,
con infinitas dosis
de desahogo.
Jugaste para el Barça
casi un decenio;
eras buen futbolista,
pero no un genio.
La verdad es
que no tienes, Guardiola,
mal palmarés.
Por tus notables méritos
con el balón,
te llama para España
la Selección.
Cumples con creces:
con ella juegas casi
cincuenta veces.
Cuando España contaba
con tu presencia,
jamás pediste, Pep,
la independencia.
Y se destaca
que ingresaste millones
a la buchaca.
Ganaste para España
(yo lo valoro)
en los juegos olímpicos
medalla de oro.
Fue en Barcelona,
antes del positivo
por nandrolona.
Eso del doping (deja
que te comente)
fue jugando en Italia,
ya decadente.
Esa cuestión
te costó dos mil euros
y suspensión.
Después de lo de Italia
fuiste a Catar.
Un país estupendo
para cobrar.
Volviste a España,
tras dos temporaditas
en tierra extraña.
Ya colgadas las botas,
lo posterior
fue conseguir el título
de entrenador.
Porque yo intuyo
que las cosas del fútbol
sí son lo tuyo.
A entrenador del Barça
llegaste raudo.
Ganaste muchos títulos,
y yo te aplaudo.
Pero después
ya cuesta abajo ha ido
tu palmarés.
Con el Bayern de Múnich,
éxito escaso.
Y en la Copa de Europa,
triste fracaso.
Y tu labor
con el Manchester City,
mucho peor.
Como tu decadencia
notoria es,
te dan trabajo ahora
los del prusés.
Ahí vas sobrado:
basta insultar a España,
que está chupado.
Dices, con tono cursi
y en plan sectario,
que España es un país
autoritario.
Y de Catar,
que es un país abierto,
muy de fiar.
Tu hermana es como tú,
muy entusiasta,
y del prusés bendito
cobra una pasta.
Pues la señora
se encuentra en Dinamarca,
de "embajadora".
Porque es la independencia
(yo te comento)
una emoción sin duda,
y un sentimiento.
Y sentir tanto
comporta a los Guardiolas
mucho quebranto.
Y es que han sufrido ambos
la horrible saña
del país autocrático,
o sea, de España.
¡La ira española,
se ceba en la familia
de los Guardiola!