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Andalucía

Pedro de Tena

El hartazgo de la base de Ciudadanos en Andalucía también beneficia a Vox

Vox Granada asume como líder de su gestora al ex naranja Ángel Luis Onoratto.

Vox Granada asume como líder de su gestora al ex naranja Ángel Luis Onoratto.
Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía. | Europa Press

En la antesala del debate del Proyecto de Ley de Presupuestos que se celebra hoy en el Parlamento andaluz, los partidos más afectados, PP, Ciudadanos, PSOE y Vox lanzan sus consignas para desgastar a los adversarios ante el probable escenario del triunfo de la enmienda a la totalidad, hasta ahora la postura de PSOE, comunistas varios y Vox.

El PP califica de "pinza" PSOE-Vox lo que va ocurrir. PSOE subraya el "marinazo", que ve como el gran engaño de la Junta sobre su disposición a negociar los presupuestos, como excusa para su actitud. Ciudadanos y los comunistas apenas cuentan y los votantes de Vox se preguntan cómo al PP y Cs se niegan a ceder con un "gesto ideológico" cuando Pedro Sánchez cede "ideología" sin parar en Cataluña y el País Vasco.

El partido más afectado internamente por la agonía de un período histórico es Ciudadanos. Sabido es que hay tres sectores internos y enfrentados en su seno, no sólo en el grupo parlamentario, sino en los demás niveles del partido que incluyen los cargos locales y provinciales, tanto públicos como orgánicos.

Se creía que el movimiento político del PP nacional de dar cobijo a Fran Hervías El Lobo en los despachos de Génova iba a resultar un completo éxito. De hecho, así ha sido en los altos niveles y se está notando en los niveles intermedios en casi todas las provincias en las que Hervías fue quien diseñó y estructuró Ciudadanos.

Pero Andalucía es un territorio especial porque en su seno se dan cita tres grupos enfrentados entre sí de manera muy clara. Por una parte, están los restos del clan de la Manzanilla que encabeza Juan Marín y que cuenta con apoyos suficientes por ahora, pero que ha sido duramente desacreditado por la filtración de las grabaciones sobre la "estupidez" de aprobar presupuestos en año de elecciones.

El segundo grupo es el grupo afín al Lobo, radicalmente enfrentado al grupo de Marín. Según fuentes de Ciudadanos, es el grupo más numeroso, aunque en la sombra y en él participan todos los que quieren que el naufragio naranja alcance la playa del PP. El problema es que Juan Marín, que fue candidato de Alianza Popular en Sanlúcar en 1982, no puede ser integrado porque El Lobo lo quiere fuera.

Y hay un tercer grupo, formado por un conjunto de militantes de Ciudadanos que creyeron de buena fe las ideas principales de la primera fase histórica del partido – la defensa liberal de España, de su unidad y de coherencia en Cataluña y las demás regiones -, y que asisten atónitos a lo que está ocurriendo.

Estos Ciudadanos no quieren saber nada con Juan Marín, al que consideran el reflejo especular de El Lobo, en cuanto a modos y maneras de imponer su autoridad sin democracia interna ni gaitas parecidas. Pero igualmente desprecian los métodos de El Lobo y su desprecio por las formas y procederes de Hervías. Es entre ellos donde se está produciendo una reflexión acerca de la posibilidad de integración en Vox.

Hay un indicio inequívoco de un movimiento que puede favorecer a Vox, no sólo en cuanto a número de militantes y cargos públicos sino como mecanismo de compensación centrista, hasta ahora patrimonializado por PP y Ciudadanos. El indicio es lo ocurrido en Granada, aperitivo de lo que puede ocurrir en otras provincias.

La crisis de Vox en Granada, tras un escándalo judicial en sus primarias que terminaron anuladas en los tribunales, ha terminado con la designación de una dirección interina del partido que encabeza un ex miembro de Ciudadanos, Ángel Luis Onoratto, que se impone así al ex presidente de Vox en la provincia, Manuel Martín, cercano a Santiago Abascal.

Téngase en cuenta que el vicepresidente de la Diputación de Málaga, Juan Carlos Maldonado, que ha denunciado la existencia de "un pacto oscuro" entre el PP y Cs para perjudicar su gestión, ha decidido dejar Ciudadanos. No es tema baladí porque su voto es imprescindible para que el PP siga gobernando en la institución.

En las elecciones municipales de 2019, el PP obtuvo 15 diputados provinciales por 14 el dúo PSOE-Podemos. Obtuvo la presidencia gracias a los dos votos de los diputados de Ciudadanos, el propio Maldonado y Juan Cassá, pero ambos ya han dejado la formación naranja. Por tanto, si el actual presidente del PP, Francisco Salado, pierde ambos votos no podrá seguir siendo presidente de la Diputación, lo que sería un gran fracaso para Elías Bendodo, la mano derecha de Juan Manuel Moreno.

Ya en enero de 2020, un grupo de afiliados de Ciudadanos, ante la crisis de Vox en la provincia de Málaga, trataron de aproximarse a la formación de Abascal. Está por ver cuál es el sentido de muchos movimientos provinciales que pueden suponer finalmente la incorporación de un grupo numeroso de ex "naranjas" a Vox.

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