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Agapito Maestre

¿Existe Rusia?

La invasión putiniana de Ucrania ha venido para añadir más dolor a un país que se desangra con las venas abiertas y al borde de su desaparición.

La invasión putiniana de Ucrania ha venido para añadir más dolor a un país que se desangra con las venas abiertas y al borde de su desaparición.
La Plaza Roja de Moscú durante el confinamiento decretado por el gobierno ruso contra el coronavirus. | EFE

Rusia apenas es algo más que un nombre. Es un muerto viviente desde 1990. Es mantenida de pie como los grandes paquidermos moribundos. La China comunista e imperialista y el llamado mundo capitalista sostienen esa pantomima de país, que no ha parado jamás de amenazarnos con la bomba nuclear. Amenaza redoblada desde que Putin suspendiera la compra de políticos occidentales hasta ver cómo reaccionan los más fuertes de la Unión Europea. La cosa sin embargo empieza a estar clara para Putin: no tiene salida alguna para una guerra que él inició sin otro objetivo que aumentar su poder. Quizá a medio plazo lo esté consiguiendo al coste de miles y miles de seres humanos mandados a la muerte para su causa criminal.

Pero hoy tiendo a pensar que Putin está más debilitado que hace un año. Pero persistirá en continuar la guerra, porque es la única solución de continuidad del régimen mafioso de los nuevos comunistas, mientras se envuelve en la bandera de la familia, la religión y la nación. Todo es mentira, pero lo más grave es que se lo creen los tradicionalistas del mundo entero. ¡Pobre chusma reaccionaria! A Putin y su cúpula dirigente no le importa nada el número de bajas ni la liberación de la esclavitud a la que tiene sometido a un pueblo. En Rusia no hay ni tornillos para seguir fabricando las marcas de sus coches. La población sobrevive en la miseria como las peores etapas de su historia. Y todo puede empeorar. No importa. Eso a los comunistas les pone. Es su seña de identidad. Vivir en el engaño es su designio diabólico.

En otras palabras, mientras la guerra siga, Putin aguantará. Aunque en realidad, apenas tiene algo a lo que resistirse, porque la sociedad civil rusa no existe. Tampoco la Oposición política da para mucho, o peor, la Oposición a Putin es una noción desvaída y nula. Es un oxímoron hablar de discusión y debate político en Rusia. Sí, allí donde no llega la propaganda del régimen corrupto y criminal, hace su agosto el nacionalismo ruso de todos los tiempos con la Iglesia ortodoxa a la cabeza. Esto no tiene salida. Hoy igual que en el pasado millones de kilómetros de tierras rusas siguen despobladas y la gente sigue viviendo en algunos casos peor que en la Edad Media. Alcoholismo, desesperación y la cólera de los rusos decentes sin canalizar. Energías y más energías perdidas. La esperanza de vida de los varones no pasa de los 56 años. La población rusa ya no llega ni a 100 millones de habitantes, etcétera, etcétera… Pero aún sobreviven del engaño de un pasado para olvidar, o mejor, para recordar por donde no deber transitar una sociedad abierta y decente.

En la trágica historia de Rusia la invasión putiniana de Ucrania ha venido para añadir más dolor a un país que se desangra con las venas abiertas y al borde de su desaparición. Sí, sí, digo de su desaparición. ¿Qué es un país sin debate político, sin sociedad civil y despoblándose? En otras palabras, los preparativos de la invasión de Ucrania, el reconocimiento de la guerra, el reclutamiento salvaje de los soldados y los cientos de miles de jóvenes que Putin ha mandado a sabiendas a la muerte sólo han servido para empobrecer más a los rusos y asentar en sus poltronas a los salvajes del Kremlin. Un signo de esperanza contra esta tropa de maleantes es la crítica que le ha hecho hoy a Putin el jefe de los mercenarios rusos en la guerra. El jefe de la Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha denunciando este miércoles que el Ministerio de Defensa de Rusia no ha suministrado las municiones suficientes a sus combatientes y ha pedido a los rusos que exijan a todos los niveles que se cumplan estas demandas. El jefe de los mercenarios ha publicado una foto rodeado de un centenar aproximado de cuerpos de combatientes muertos y ha responsabilizado de ello a la plana mayor del Ministerio de la Defensa. "Son jóvenes", ha dicho Prigozhin, "que perdieron sus vidas por carecer de municiones. Debieron ser cinco veces menos de los que han caído (…). ¿Quién es culpable de sus muertes? Aquellos que debían haber solucionado el problema del abastecimiento con suficientes municiones".

He ahí una muestra más de la debilidad de Putin respecto a su posición de hace un año; aunque bien mirada la cosa, este tipo de críticas al Kremlin no sé si catalogarlas como un signo de esperanza o una anécdota más de un régimen criminal.

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