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Emilio Campmany

Sánchez y el cambio climático

El presidente es igual de negacionista porque no sólo no hace nada para paliar los efectos climáticos, sino que además deja de hacer lo de antes.

El presidente es igual de negacionista porque no sólo no hace nada para paliar los efectos climáticos, sino que además deja de hacer lo de antes.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | EFE

Pedro Sánchez dice estar muy preocupado por el cambio climático. Y a veces parece que es verdad cuando acusa a la derecha de negacionista, cuando le atribuye al dichoso cambio la proliferación de incendios, cuando alega la sequía como prueba irrefutable de su existencia, cuando disculpa la falta de atención a las víctimas de inundaciones por las muchas que hay o cuando denuncia a la Junta de Andalucía, gobernada por el PP, por legislar el uso agrícola del agua de Doñana. Este mismo martes, ha dedicado parte de su intervención en el Senado al cambio climático y se ha vanagloriado de haber adoptado un montón de políticas para hacerle frente. Y, sin embargo...

En materia de incendios, los bosques han dejado de limpiarse y los cortafuegos han dejado de mantenerse. La consecuencia es que los incendios son ahora mucho más difíciles de extinguir, más agresivos y se producen en meses más tempranos que antes. Será también por el cambio climático, pero si los montes estuvieran cuidados a lo mejor no se quemaban tantas hectáreas al año.

En materia de inundaciones, se han dejado de limpiar los cauces de los ríos, lo que favorece su desbordamiento, mucho menos éstos han sido ahondados. Ni se han construido infraestructuras para canalizar el agua que, cuando llueve profusamente, discurre por las mismas torrenteras de siempre, en las que a veces se ha dejado insensatamente levantar viviendas.

En cuanto a la sequía, no sólo no se ha construido ningún pantano, obra pública de conocida ideología fascista, sino que se proyecta destruir alguno de los que ya tenemos. Tampoco se hacen obras para almacenar parte del agua torrencial que se supone está trayendo el cambio climático. No se cuida ni repara la actual red de abastecimiento de agua, lo que hace que se pierdan 38 litros al día por español. No se acomete ninguna conexión entre cuencas, lo que facilitaría llevar el agua que pueda sobrar en unos sitios a otros donde falte. Todos los planes que es capaz de elaborar el Gobierno para hacer frente a la escasez consisten en racionar el agua que por otras vías despilfarramos. No se acometen infraestructuras para que la agricultura, que consume el 85 por ciento del total, emplee el agua con sistemas más eficaces como hacen en lugares más secos que nuestro país. No se construyen desaladoras ni depuradoras que permitan reutilizar las aguas negras para regadío.

No sé si es verdad que padecemos este terrible fenómeno o no. Sánchez parece convencido de que así es e insulta a quienes se lo discuten. Pero la realidad es que nuestro presidente es tan negacionista como el que más porque no sólo no hace nada para paliar sus efectos, sino que además deja de hacer lo que antes, por natural prudencia y sin necesidad de que hubiera ningún cambio climático, se hacía. No se ha visto mayor fariseo en el casi medio siglo que llevamos de democracia.

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