Menú
Pedro de Tena

Extraterrestres y extraespañoles

En las pasadas elecciones, los hechos han sido derrotados por la nueva teología del gurú Sánchez y sus sacristanes.

En las pasadas elecciones, los hechos han sido derrotados por la nueva teología del gurú Sánchez y sus sacristanes.
Europa Press

Estamos todos sobrecogidos por las declaraciones de militares estadounidenses que afirman que los extraterrestres existen, que tal vez viven entre nosotros y que el Pentágono y sus agencias tienen materiales de tal procedencia en sus almacenes secretos a lo Indiana Jones. A saber si otras potencias reales, URSS, China, India, Israel, Irán y tal vez lo que queda de Francia, atesoran vestigios, incluso vivos, de unos seres tan asombrosos que terminarán con las culturas actuales del planeta Tierra en un santiamén.

A pesar de su autoridad –esencialmente militar, que se supone, aunque es mucho suponer, no contaminada políticamente—, no es la primera vez que tales afirmaciones asolan de forma inmisericorde a nuestros oídos desde los acontecimientos de Roswell, Nuevo México, en 1947. Pero hubo otras hace mucho tiempo. En su historia de los extraterrestres, Jacques Bergier, que se hizo famoso con Louis Pauwells por El retorno de los brujos, ve fuerzas alienígenas en la extincion de los dinosaurios, en los supergrabados de la meseta de Nasca, en las cartas marina de Piri Reis o la terraza de Baalbek, presunta base de despegue de navíos interplanetarios, entre otros muchos supuestos. Aun así todo gaseoso y elucubrante.

Pero, claro, cuando es un científico de Harvard, nada menos que director del Departamento de Astronomía de la Universidad, Avi (Abraham) Loeb, el que afirma en su libro Extraterrestres, de 2020, que no es cuento chino esto de los habitantes de otros mundos, uno ya comienza a inquietarse y a revolverse en la silla. Según el astrónomo, el descubrimiento de Oumuamua, el 26 de octubre de 2017, fue la comprobación de que un objeto interestelar de 400 metros de diámetro había visitado nuestro sistema solar.

A pesar del escepticismo comprensible derivado del método científico que fragua una hipótesis a partir de indicios sólidos y luego se coteja con pruebas y más pruebas hasta certificar definitivamente, o rechazar, la conjetura, también las modas pueden oscurecer ciertas teorías para dar paso a otras más propicias para "hacer carrera" dejando zonas de observación fuera de juego durante un largo tiempo.

Sobre el tema de los extraterrestres, no puedo pronunciarme con la seguridad del expresidente y "bobo solemne" Rodríguez Zapatero, que en un mitin de apoyo a su jefe Sánchez, formuló su ocurrencia sobre el infinito y sobre la maravilla de que la Tierra es el único lugar del universo sobre se puede amar y leer un libro. Pero sobre mi condición de "extraespañol" me puedo pronunciar con toda claridad porque me están echando de España, de la España común, libre y tolerante que creíamos habíamos consolidado, pese a todo, con la Constitución.

Acabamos de experimentar cómo, pase lo que pase, se robe, se mate, se mienta a mansalva o se nos humille ante el monarca alauita o ante los asesinos etarras, el PSOE siempre tiene seis-siete millones de votos. Esto es, hay una España que no tiene en cuenta los hechos a la hora de decidir sus votos.

EL PSOE siempre quiso dos Españas, porque nunca entendió a la España de la tradición a la que renunció absurdamente. Nunca definió su nueva España porque lo que de verdad estaba haciendo era convertir a su organización, lo más sagrado, en la nueva nación española. Es una versión del viejo marxismo que hace del partido el germen del Estado del porvenir. Esto es, nos encontramos ante un partido de fe, que religa a sus afiliados y militantes no por las evidencias y los hechos, sino por las creencias, suposiciones y argumentarios partidistas.

El PSOE y sus socios de la izquierda comunista y separatistas están construyendo su nueva España en la que no admiten ni admitirán la presencia de los otros españoles que seguimos aferrados a la cultura humanista y científica que atiende a los hechos. En las pasadas elecciones, los hechos han sido derrotados por la nueva teología del gurú Sánchez y sus sacristanes.

Sí, ya estamos sintiéndonos extraespañoles de esta nueva España rota, roja y neodevota laica y no vemos ni a lo lejos una fuerza suficiente capaz de contrarrestar esta mutación, originada en aulas, en las teles y en las redes desde hace años, de lo que un día fue la nación española. José María Marco y Agapito Maestre lo han escrito: España, la de siempre, está dejando de existir. Me gustaría resistirme. Pero, ¿cómo? Luz, más luz.

Temas

En España

    0
    comentarios