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Pedro de Tena

La República de Tierra Firme y la vileza ideológica

Fíjense que en su nuevo libro no hay instituciones, ni democracia, ni leches. Sólo él y los ciudadanos, "sin intermediarios".

Fíjense que en su nuevo libro no hay instituciones, ni democracia, ni leches. Sólo él y los ciudadanos, "sin intermediarios".
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), habla con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, durante un acto del partido para celebrar el nuevo Ejecutivo. | EFE

Acaba de anunciarse que Pedro Sánchez va a publicar un segundo libro sobre su liderazgo en el PSOE y en el Gobierno. El primero, Manual de Resistencia, que se reconoce sin duda alguna que jamás lo escribió él mismo sino una hagiógrafa bien pagada (ya era un experto no escritor de su famosa tesis cum fraude). El título del segundo ha trascendido, Tierra firme, y ya se da por seguro que ha recurrido a la misma redactora "negra", Irene Lozano, a la que retribuirá de la forma acostumbrada y jamás conocida.

Santiago González, en su colmada República, la de los tontos, ya subrayó ayer que hay bastantes libros con el mismo título. O sea, que la tendencia irrefrenable de este individuo al calco sigue viva y lozana. Desde Concha Espina (1929) a Matilde Asensi (2012) o a Samuel Vázquez Vicente (2016), hay un buen puñado de libros con ese mismo título, además de una revista venezolana, una película y un grupo musical, que se sepa.

Lo de la revista venezolana tiene su porqué, aunque no sabemos si la escriba y su pagano han reparado en que la expresión "Tierra firme", que aparece tal cual en el testamento de Isabel la Católica, tiene mucho que ver con la América española y con la Historia de esa gran España que parece empeñado en destrozar. No es el momento de extenderse sobre el Reino de la Tierra Firme, otras veces llamado también Nueva Castilla de Oro del Reino de la Tierra Firme, mencionado innumerables veces en el texto recopilado de las Leyes de Indias publicado por el Boletín Oficial del Estado.

"En la Ciudad de Panamá, de el Reyno de Tierra Firme, resida otra nuestra Audiencia y Chancillería Real, con un Presidente, Gobernador y Capitán General: quatro Oidores, que también sean Alcaldes de el Crímen, un Fiscal, un Alguacil mayor, un teniente de Gran Chanciller, y los demás Ministros y Oficiales necesarios: y tenga por distrito la Provincia de Castilla del Oro, hasta Portobelo y su tierra: la ciudad de Nata y su tierra…". Y así sigue hasta el nuevo reino de Granada, parte del Perú, Guatemala, Nicaragua, Venezuela….Eso se dice en el Libro II. Título XV de dichas Leyes. Hasta Bartolomé de las Casas lo menciona en sus escritos.

Por lo que dice en el breve anticipo del nuevo libro, para este megalómano, "tierra firme" es otra cosa. En la sinopsis facilitada, "ante una derecha cada vez más escorada y más ruidosa, este libro —una crónica en primera persona que abarca hasta la noche electoral del 23 de julio de 2023— es una apelación, sin intermediarios, a la ciudadanía. Aborda la acción de Gobierno, pero también ‘lo que es posible lograr como nación en el futuro: pasar de la resistencia a esa tierra firme que España alcanzará cuando culminen todas las transformaciones ya en marcha’".

O sea, que hasta que llegó él, que gobierna gracias a las muletas de los corsarios antiespañoles que lo sostienen, España era una nación a la deriva sin rumbo en un océano siniestro y oscuro (no habla de la famosa por franquista "singladura" aunque no descarto que dicha palabra aparezca en el libro). Ahora, tras habernos iluminado con su manual de resistencia, se dispone a mostrarnos la tierra firme que alcanzaremos bajo su mandato. Y fíjense que no hay instituciones, ni democracia ni leches. Sólo él y los ciudadanos, sin intermediarios. El Presidente Sol y absoluto. Es que es de manual. Este tipo quiere ser el presidente de la República de su Tierra Firme, antes España, y que ahora no será sino una ciénaga inestable e indefensa en la que flotarán las varias balsitas de piedra en las que será troceada esta gran nación.

No contento con la vileza ideológica y moral exhibida ante todo el pueblo de Israel y todo el mundo disipando de la memoria histórica los asesinatos de Hamás y sus mentores; no contento con ocultar el destino inquietante de los fondos europeos; no contento con desarmar hidrológica, energética y agrícolamente a España; no contento con bombardear el poder judicial independiente y la democracia liberal; no contento con pactar con los diablos que sean para seguir en La Moncloa, ahora viene y nos dice que, como un Moisés del siglo XXI, nos va a guiar a una tierra firme, como si tuviera un proyecto y no enjuagues vergonzosos y sucesivos.

Ah, y en la derecha escorada y ruidosa mete también, suponemos, a Felipe González, a Alfonso Guerra, a Nicolás Redondo, a Joaquín Leguina, a Pedro Cerezo, a Sáenz de Cosculluela, a Javier Corcuera y a todos los socialistas horrorizados por la pesadilla de un PSOE que ha producido un monstruo dispuesto a acabar con lo que sea y cómo sea. ¿Tierra firme? Vamos, anda.

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