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Antonio Robles

La próxima jugada de Sánchez

Puigdemont será el tonto útil que le dará una oportunidad de oro para rehabilitarse como paladín de España.

Puigdemont será el tonto útil que le dará una oportunidad de oro para rehabilitarse como paladín de España.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante el pleno del Congreso de los Diputados celebrado este miércoles. | EFE

"A usted no le interesa la verdad, a usted solo le interesa la destrucción del adversario. No todos somos iguales" (Pedro Sánchez, en la sesión parlamentaria de ayer 22/05/2024).

Si existe alguien que no debería pronunciar esa presunción moral, es Pedro Sánchez. Sin ningún rubor aplica la proyección freudiana contra sus adversarios con una obscenidad insoportable. Quien ha convertido la verdad en indistinguible de la mentira, nos quiere dar lecciones cívicas y lógicas. De ahí su obsesión por el fango. En él, todos "manoseaos", indistinguibles, como decía el tango: "Vivimos revolcados en un merengue, y en un mismo lodo, todos manoseaos".

Cuando se destruyen todas las reglas del lenguaje y su aplicación a la realidad, cuando la coherencia entre lo que haces y dices deja de tener sentido y todo vale, la discordia y la malicia se apodera de todo. Ayer en el Congreso de los diputados, se atrevió incluso a dar lecciones al resto de la cámara: "Debatamos, discrepemos, critiquemos los argumentos del otro, pero hagámoslo desde la cortesía parlamentaria, no desde la mentira y el insulto". Para incumplirlas a continuación con la "máquina del fango". Es como si Al Capone nos aconsejara no extorsionar, robar ni matar.

Hoy media España se pregunta aturdida por qué alguien que miente con tanta desvergüenza sigue siendo apoyado por sus partidarios, y la otra media aterrorizada porque la ultraderecha "vuelva" al poder. ¿Cómo es posible que ese camelo de la fachosfera haya arraigado tanto?

Sea por lo que fuere, de lo que todos estamos seguros es que Sánchez es capaz de cualquier cosa por seguir en el poder. Yo también lo creo. Me arriesgaré a barruntar cuál será su próxima jugada maestra.

Se especula mucho si permitirá a su socio del PSC, Salvador Illa, ocupar la presidencia de la Generalidad. La amenaza de Carles Puigdemont de tumbar su gobierno en Madrid a pesar de haber perdido las elecciones en Cataluña como las perdió Sánchez en España, ha llevado a muchos a suponer que Pedro Sánchez sacrificará a quien sea, antes que renunciar al poder. La suposición tiene coherencia. Si ha sacrificado bienes mucho mayores, como el Código Penal, la Constitución, y ha puesto en peligro a España como nación, la cabeza de un subalterno ya es rutina en él.

Yo sin embargo creo que se plantará ante Carles Puigdemont, no por amor a la igualdad y libertad de todos los españoles, sino porque Puigdemont será el tonto útil que le dará una oportunidad de oro para rehabilitarse como paladín de España. Me explico.

El Gobierno de Sánchez hace aguas por todas partes, su imagen de vendepatrias con todos los enemigos de España de la mano, ha calado. Es evidente que gobierna gracias a aquellos que la quieren destruir. Ha perdido elección tras elección, y posiblemente en las Europeas le hundirán en su fango. Ante ese panorama se puede conformar con seguir gobernando a base de ceder más y más privilegios a sus socios nacionalistas, pero no volverá a ganar unas elecciones, ni sus votos serán suficientes para formar gobierno con sus socios actuales. Su situación es desesperada, o se rehabilita como candidato, o no volverá al poder. Ya sólo le queda el abismo. Sin embargo, en su borde, de pronto, se le ha abierto un horizonte lleno de uvas y miel: cerrar el gobierno de Salvador Illa con ERC y Comuns, y provocar una reacción agresiva de Puigdemont. Y en ese momento salir en tromba en defensa de la España generosa que ha cedido paz y prosperidad social a Cataluña, pero jamás estará dispuesto a dejarla en manos de la derecha reaccionaria periférica que quiere romper la igualdad y la libertad de todos los españoles. Pan comido para él, la sobreactuación es su fuerte. Convoca Elecciones Generales y a esperar que la dramatización surja efecto.

Estén preparados para la ocasión; sus ojos y sus oídos verán y oirán aspavientos en la boca de Pedro Sánchez en defensa de la unidad de España, que ni Abascal se atrevería. Y de golpe, todas las sospechas de vendepatrias vertidas contra él se tornarán genuflexiones por parte de quienes empezaron a dudar de él, y dudas en quienes verán en él el Sant Jordi que osó enfrentarse al dragón de la independencia. Si un día después de jurar que nunca pactaría con Bildu, ni jamás daría la amnistía, hizo lo contrario y sus seguidores le compraron el contrabando con entusiasmo o resignación, cuánto más si defiende lo que siempre habían creído.

Juega a su favor una corriente emocional que aún no está en la superficie, pero empieza a aflorar: la rehabilitación de la palabra España. Hay muchos indicios ya. No sólo en la derecha liberal y conservadora, también en varones de la izquierda socialista, como el expresidente de Aragón Javier Lambán, que a propósito de la publicación de su libro de memorias Una emoción política ha reivindicado la palabra "España" y España como patria común, e indivisible de todos los españoles, acompañado por otros insignes socialistas como el presidente de la Junta de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, el expresidente del Gobierno Felipe González o el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra. En entrevista a calzón quitado esta mañana con Carlos Alsina, Lambán ha dicho cosas que antes solo se habían atrevido a decir socialistas como Nicolás Redondo, Rosa Díez, José Luis Corcuera, u otros muchos miembros del Colectivo Fernando de los Ríos. Así se ha expresa Javier Lambán en la entrevista que le ha hecho Carlos Alsina esta mañana en Onda Cero: "Lo que no faltaría nunca en mi boca ni diez minutos de un discurso político mío es la palabra España, porque ¡ya vale!, es absolutamente oprobioso, es absolutamente lamentable el error en que hemos incurrido la izquierda, en retraernos en pronunciar con orgullo la palabra España, cuando ésta encarna uno de los proyectos y ejemplos más singulares, más poderosos y ejemplares del mundo".

Este exilio interior es un síntoma, C´s y UPyD ya lo denunciaron con delicadeza y prudencia, antes ya lo había hecho ECC (España, Constitución de Ciudadanos) en 1997 en Cataluña sin llegar a cuajar; lo ha hecho también en Cataluña dCIDE (Centro Izquierda de España) y US (Unidos Sí). Y ahora, desde toda España, IE (Izquierda Española) que se presentará a las Europeas por primera vez. En todos estos casos, la palabra maldita, o mejor dicho, maldecida por la izquierda ortodoxa y el nacionalismo periférico, aparece con fuerza imparable. No es una palabra nada más, no es solo un patrimonio colectivo de siglos, es sobre todo un símbolo contra la alienación franquista, contra la alienación de la izquierda Woke y el supremacismo nacionalista. Ahora la utilizará Pedro Sánchez, pero sólo como medio, al contrario de Javier Lambán que la siente como el alma simbólica e histórica de los derechos de todos los españoles.

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