En una operación que si la hubiésemos visto en una película nos habría parecido una exageración fantasiosa y sin credibilidad alguna, Israel –que no ha dicho nada pero que quién va a ser si no– ha hecho explotar la batería de miles de buscas que llevaban los terroristas de Hezbolá, unas explosiones que han dejado miles de heridos, unos cuantos fallecidos y los hospitales de medio Líbano colapsados.
Ha sido una genialidad que se estudiará en los libros de historia y sobre la que se harán libros, películas y series, pero además de eso ha sido un golpe descomunal para la banda terrorista.
Primero, por supuesto, por el número de bajas: miles –hasta 3.000 según algunas fuentes– de miembros de Hezbolá están ahora en el hospital en lugar de intentando matar israelíes o aterrorizando a libaneses. Regocijémonos por ello.
Segundo y más importante aún: porque los que no estén en el hospital estarán aterrados. Hay que recordar que esos equipos se los había proporcionado la propia banda, así que en estos momentos no pueden tener NADA de tecnología en sus manos en lo que puedan confiar. Todos deben estar preguntándose qué estallará mañana, ¿el móvil, algún arma? Soló Alá y el Moshad lo saben.
Tercero, y tampoco baladí: adiós a la confianza en la cadena de mando que les ha proporcionado esas trampas mortales y a la que es obvio que le han metido un gol como el de Zidane en aquella final. Imaginen la cara con la que mirarán todos a sus respectivos jefes y, sobre todo, al mando supremo.
Cuarto y seguimos para bingo: Hezbolá tendrá ahora que encontrar una nueva forma de comunicarse con sus miembros, probablemente más primitiva y que Israel podrá espiar con mayor facilidad. Chicos, más malas noticias: vais a ser visibles como los patos de una caseta de feria.
El quinto destrozo es algo intangible pero de singular importancia en Oriente Medio: Hezbolá ha hecho este martes uno de los ridículos más grandes de la historia, adiós a la imagen de tipos duros y a buena parte del respeto –o el miedo, allí es más o menos lo mismo– que se habían ganado durante años de hacer el animal en el propio Líbano o en Siria.
Y, sexto y último, me van a perdonar ustedes la boutade, pero teniendo en cuenta que muchos llevaban el busca en el bolsillo y viendo alguna de las explosiones que se ha grabado y publicado en Internet, creo que a muchos terroristas Israel les ha arrebatado sobre todo sus atributos masculinos. Y ante eso no puedo evitar descojonarme también, pero de risa.
Sí, me río de que se les haga daño a los terroristas, sírvanse ustedes si quieren de denunciarme al Ministerio de la Verdad que en breve va a poner en marcha Sánchez.