Enésimo giro al centro del PP

El congreso extraordinario del Partido Popular finalizó ayer entre aclamaciones a Alberto Núñez Feijóo y un apoyo prácticamente unánime a las propuestas programáticas debatidas a lo largo del fin de semana. No cabía esperar otra cosa en el primer partido de España, que acaricia su vuelta al poder como consecuencia de la insoportable degradación en la que Sánchez ha sumido al PSOE.

Nadie esperaba un agrio debate de ideas entre las distintas corrientes que se mueven de manera discretísima en el seno del PP, pero la reivindicación del centrismo como clave de bóveda del proyecto de Núñez Feijóo es un retorno (otro más) a una fórmula gastada que tuvo en Rajoy a su principal valedor con el resultado conocido: El bolso de Sáenz de Santamaría saludando la llegada de Pedro Sánchez al poder.

El centrismo que manejan los dirigentes de Génova tiene más de ausencia de compromiso que de una defensa estructurada de los valores y principios que deben caracterizar a un partido de Gobierno de corte liberal-conservador. Rajoy indicó el camino a la puerta a los integrantes de esas dos familias intelectuales del PP y, desde entonces, nadie ha hecho nada para recuperarlos. Por eso Vox no deja de crecer.

Feijóo se dirige al electorado de izquierda y derecha para poder gobernar en solitario: "O Sánchez o yo"Maite Loureiro

En esta tesitura, la estrategia de Núñez Feijóo parece ser la de ofrecerse a los votantes de centro-derecha como una especie de mal menor para echar a Sánchez y poder gobernar sin recurrir al apoyo de otros partidos, pero ese es un mensaje que solo entusiasma a los compromisarios que acuden a un congreso a aplaudir. Los votantes desencantados, en cambio, necesitan encontrar en Núñez Feijóo un candidato con un programa sobre justicia, economía, energía, medio ambiente, financiación, equilibrio territorial, política exterior, inmigración ilegal y seguridad ciudadana radicalmente distinto del que la izquierda viene implantando en las últimas dos legislaturas, algo que el centrismo, por su vocación esencialmente equidistante, no les puede ofrecer.

La presencia de contadas nuevas caras en el Comité Ejecutivo Nacional y, sobre todo, la continuidad de los dinosaurios de la política centrista que más rechazo suscitan entre el electorado, acotan también los términos de una renovación ideológica que, desde luego, no podría haber pasado más desapercibida.

El Partido Popular no debería aspirar simplemente a heredar el poder cuando el PSOE se hunde, como ocurrió con González y Zapatero y, con toda seguridad, pasará con Sánchez, tal vez de forma estrepitosa. Se trata de aplastar a la izquierda sectaria y erradicar su proyecto político para las próximas décadas, una empresa que Feijóo debería emprender con un grado de compromiso y ausencia de complejos que el centrismo no le va a proporcionar.