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Alberto Míguez

Las chanzas del Dr. Llamazares

El Dr. Llamazares (“doctor” por la Universidad de La Habana, un peligro para los dolientes de todo el planeta) se ha permitido una serie de chanzas sobre la política del gobierno español hacia Irak mezclando el humor con el horror, confundiendo víctimas con verdugos, terroristas con revolucionarios, y churras con merinas. Es su estilo.

Para Llamazares, los Estados Unidos son culpables como era Rusia para Franco durante la II guerra mundial y por tanto deben ser castigados por el fuego y la espada. La espada es Ben Laden y el fuego, tal vez Eta y Batasuna, aliados tácticos de Izquierda Unida en el país vasco. Resultaba por ello un tanto cómico escuchar al coordinador de IU alegrarse hace unas horas con la detención en Burdeos de los cabecillas etarras: ¡eso no se le hace a unos compadres de Izarra, don Gaspar!

Al Dr. Llamazares le gusta Sadam Husein. Hasta el bigote. Las debilidades de los comunistas por los dictadores de toda laya son conmovedoras. El maestro y compadre del Dr. Llamazares, el también Dr. Castro, también es amigo de Kim Il Sung, del hijo de Jomeini y del coronel Gadafi. Allah los da y ellos se juntan. Al Dr. Llamazares le gustaría que Sadam resistiera en su bunker de Bagdad al imperialismo agresor y a los británicos que son más o menos lo mismo pero deberá esperar algunos meses.

Al Dr. Llamazares le importa un pito o algo peor que Sadam sea el principal proliferador de armas de desrtrucción masiva y que esta tendencia de su apreciado amigo ponga en peligro la seguridad de todos los países –incluida España– que se oponen al terrorismo global o regional. Total, si pasa algo, tiene plaza de auxiliar clínico en el hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana. No quedará en paro salvo que, más pronto que tarde los electores de IU (¿queda alguno todavía?) lo despidan.

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