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Alberto Míguez

¿Qué harán con ellos?

La pregunta que a estas alturas se hacen muchos en Miami, en Washington y, por supuesto, en La Habana es qué harán -de verdad- las autoridades norteamericanas con los nueve supervivientes del avión que huyó de Cuba en circunstancias todavía bastante confusas.

¿Los entregarán a la policía cubana como están haciendo con quienes rescatan en el estrecho de Florida en condiciones espantosas y aplicando unas leyes tan disparatadas como crueles? Eso dice la Casa Blanca. ¿Los acusarán de secuestradores o de piratería aérea como algunos temen ya? Quién sabe. ¿Les concederán asilo como sería lógico, razonable y justo teniendo en cuenta de dónde vienen, cómo vienen y a dónde llegan? Eso, según parece, se verán obligados a demostrarlo para evitar la aplicación de la Ley de Ajuste Cubano y, por tanto, la repatriación.

Nadie es capaz ahora de responder . Lo cierto es que en el momento actual doscientas personas esperan en La Florida para ser repatriadas a Cuba tras haber sido capturadas cuando intentaban huir del paraíso castrista. Su destino es fácil de adivinar.

Pero las cuestiones que derivan de este nuevo escándalo no se agotan aquí. Lo que muchos se preguntan es si la Administración Clinton será capaz de resistir a las presiones de Castro que, obviamente, desea aplicar un castigo ejemplar al piloto en primer lugar y a quienes tuvieron el valor de seguirlo en esta terrible aventura.

El ejemplo del caso Elián está demasiado cerca para no temer lo peor.