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Alicia Delibes

ETA kanpora

Ha dicho Imaz, portavoz del gobierno vasco, que el PP debe “aclararse internamente” respecto a la manifestación de Bilbao. Por supuesto que el PP tendrá que aclararse, pero de paso también sería bueno que nos aclaráramos todos.

Porque vamos a ver, ¿a quién va dirigido ese grito, lema de la manifestación, “ETA kanpora”?, ¿acaso va dirigido a la propia ETA?. Si eso fuera así, si hay que manifestarse para que el pueblo y sus gobernantes le digan a ETA que desaparezca, digo yo que será porque alguien tiene todavía dudas de que esa es la voluntad de todos.

Si Ibarretxe convoca su manifestación sólo para decir que quiere que se vaya ETA será porque necesita explicar a sus ciudadanos que él nada tiene que ver con esos asesinos. Y si necesita explicarlo, debe de ser porque piensa que no todos lo tienen completamente claro.

Pero es que no es sólo eso. Ibarratexe ha convocado esta manifestación para aunar fuerzas tras un lema que aunque no figurará en pancarta alguna estará en el pensamiento de muchos. Se trata de ese deseo de los nacionalistas, de Izquierda Unida y del joven Madina que tan descarada y claramente expresó el otro día Julio Anguita, “luchar para que ETA defienda políticamente lo que crea conveniente”.

Si Ibarretxe quiere que el PP les acompañe en la manifestación es para, caso de que se niegue, poder decir que al PP no le interesa la lucha contra ETA y que sólo pretende luchar contra el nacionalismo.

En cuanto a los socialistas que acudan a la manifestación, después de las cosas que hemos oído decir al secretario general de sus juventudes, supongo que estarán deseando que el Partido Popular no esté con ellos y tener así una buena excusa para distanciarse de esa derecha que, como ha dicho el intransigente Madina, no entiende de democracia.

Que no nos engañen, ir a esa manifestación significa que se está dispuesto a bendecir cualquier cosa menos el crimen, es aceptar el federalismo asimétrico y el derecho a la autodeterminación.

Ibarretxe ha tendido una vil trampa a los populares que se encuentran en la encrucijada de tener que decidir si hacen lo que deberían hacer, es decir quedarse en casa, o, tragando bilis, acuden del brazo de Ibarretxe, Madrazo y algún otro izquierdista amigo de batasunos, para ver si con eso salvan el cada vez más endeble pacto con los socialistas; para ver, en fin, si la tramposa izquierda española tiene a bien concederles, de una vez por todas, el carnet de demócratas.

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