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Carlos Semprún Maura

¡USA! ¡USA!

Da gusto leer la prensa británica, con un tono mucho más firme y claro que la prensa francesa y buena parte de la española. También tiene Tony Blair otro tono, más adecuado a la situación, que el de los dirigentes galos, que siguen repitiendo. “estamos con los USA, pero ¿contra quién?”. Fingen aún desconocer a los culpables y, sobre todo, no quieren hacer nada que obstaculice la “tradicional amistad franco-árabe”, puro mito en realidad. Ví en el Sunday Times que el padre de Bin Laden tiene diez esposas y 56 hijos, no todos asesinos, por lo visto. De todas formas es un buen ejemplo de familia moderna, diferente, cosa tan apreciada por nuestros progres y nuestros colectivos feministas.

Está visto que CNN ha ganado, una vez más, la batalla de las imágenes. Todas las televisiones europeas reproducen las suyas y no las de otras cadenas USA. Así contemplé la visita de G. W. Bush a los escombros de Manhattan. Al saludar a los bomberos y a los obreros, que se afanaban en medio de dichos escombros, estos respondieron con un unánime y fervoroso grito: ¡USA! ¡USA! “Jamás he presenciado algo semejante en Francia, salvo cuando la Copa Mundial de Fútbol... Será un detalle, pero tan significativo que Le Monde lo censuró, en su reportaje irónico y de mala uva, sobre la visita a Nueva York del Presidente. Porque, en la prensa y en la calle, un cobarde egoísmo ha sustituido rápidamente a la sorpresa y el horror iniciales. Si no es lo único, lo que más se oye son frases como: “Este cabrón, o canalla, de Bush ¿en qué lío nos va a meter?” El “espíritu de Munich” sigue vigente.

Dos ministros subieron al escenario audiovisual este domingo: el de Relaciones Exteriores, Hubert Vedrine, ex mayordomo-jefe de Mitterand en el Eliseo, y Alain Richard, de Defensa. Con su habitual tono melindroso, Vedrine aceptó, como mera hipótesis, que Bin Laden y sus redes y los talibanes tuviera algo que ver con los atentados terroristas. Dijo que eran muy malos, desde luego, son monstruosos, pero no son los únicos y yo, personalmente, me temo que el gobierno norteamericano se pasará de listo, aceptando la “ayuda” de países islámicos terroristas, como Irán y Pakistán, en la lucha contra los terroristas áfganos, son gentes de poco fiar. A la pregunta angustiada de los periodistas: ¿Qué va a hacer Francia?, Vederine les tranquilizo: nada.

Alain Richard hizo el ridículo, afirmando que Francia tenía todo bajo control, Alá, las redes terroristas, la Bolsa, el pescado y la seguridad de los ciudadanos (franceses). Ingenuos, los periodistas le preguntaron: “Si así es ¿porqué no detienen a los terroristas antes de los atentados? “Porque Francia no es un Estado policial, y mientras no hayan cometido delitos, todos los ciudadanos son inocentes” ¡Cómo si los policías y los servicios de Inteligencia fueran igual a bomberos que tienen que esperar los incendios para apagarlos. Peor las fuerzas de seguridad, en plena legalidad democrática tienen el derecho y el deber de precaución y pueden perfectamente realizar pesquisas, tras mandato de los jueces y si encuentran armas y explosivos, documentos subversivos, etc, incautarlos y llevar a los responsables ante los tribunales. El “los sabemos todo, pero no hacemos nada” del Ministro de defensa sonó siniestramente, pero está en la lógica del Gobierno.

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