Menú
Emilio J. González

El encanto bursátil de Telefónica

Cualquier comentario que se haga hoy en día sobre la bolsa o cualquiera de los valores que cotizan en ella tiene que pasar necesariamente por una advertencia previa. La posible guerra con Irak introducirá distorsiones a corto plazo en la evolución de los precios de los títulos. Lo más probable es que, en cuanto se inicie el conflicto bélico se produzca un desplome de las cotizaciones que será tanto más intenso en función de la marcha y duración de los acontecimientos. Una guerra corta permitirá la recuperación rápida de las cotizaciones y, con toda probabilidad, una subida fuerte de unos mercados que están dando muestras de querer ganar altura pero se encuentran con el obstáculo de las incertidumbres geopolíticas actuales. Un conflicto largo, en cambio, puede resultar contraproducente para la economía y, por tanto, para un mercado de valores que lo que teme, sobre todo, es que al desencadenamiento de las hostilidades le siga una oleada de atentados como los del 11-S.

Dicho esto, conviene empezar a prestar atención a los valores que pueden protagonizar, para bien, el año bursátil. Uno de ellos es Telefónica. La operadora que preside César Alierta ha pasado un mal momento en el mercado hasta el punto de que el valor de la acción hoy es la tercera parte del máximo alcanzado en marzo de 2000. Pero es que de por medio han ocurrido muchas cosas, como el estallido de la burbuja de las tecnológicas, la crisis de las ‘telecos’ tras las cantidades multimillonarias pagadas por las licencias de UMTS, la aún más grave crisis de Latinoamérica y el cambio de presidente de la compañía. Aún así, el comportamiento de la acción de Telefónica en bolsa ha sido mucho mejor que el de sus rivales Deutsche Telekom, France Telecom, BT, Telecom Italia y Vodafone y la calificación de su deuda es la más alta del sector en Europa.

¿Qué hay detrás de todo esto? En primer lugar, que el nivel de deuda de Telefónica es el más bajo del conjunto del sector ya que, aunque el anterior presidente de la compañía, Juan Villalonga, pagó cantidades astronómicas e injustificadas por compañías como Lycos o Endemol, que pesan como una losa en el balance de la operadora, su sucesor, César Alierta, fue muy prudente a la hora de pujar por las licencias de UMTS en las subastas celebradas en la Unión Europea. En segundo término, la segregación de la compañía por líneas de negocio con la consiguiente salida a bolsa de Telefónica Móviles, Terra y TPI se demostró una buena estrategia que generó beneficios y, en cierto modo, contribuyó a sujetar la acción en medio del desastre bursátil vivido por el sector en los últimos tres años.

Ahora Telefónica empieza a recobrar el favor perdido de los analistas y del sector, y las razones son varias. En primer lugar, la crisis empresarial del sector parece a punto de concluir gracias a los procesos de saneamiento que iniciaron las operadoras el año pasado, proceso que lideró Telefónica con el ‘streap tease’ contable que realizó en agosto para poner las cuentas claras y sanear su balance y las decisiones estratégicas que tomó entonces la compañía, como el cierre de la filial alemana de móviles Quam. Además, las crisis de Argentina y Brasil, que golpearon con tanta dureza a la operadora en 2002 empiezan a remitir hasta el punto que lo que antes se valoraba como aportación cero a los beneficios por parte de Latinoamérica ahora se descuenta como aportación positiva. La caída del dólar y la recuperación del real también están ayudando a sanear el balance y mejorar la cuenta de resultados y la solución que se dará este año a Vía Digital supondrá eliminar 3.000 millones de euros de pérdidas que tenía que anotarse anualmente la compañía y el inicio del proceso de saneamiento de la deuda generada por la plataforma digital de televisión.

Gracias a todo ello, Telefónica está empezando a recibir recomendaciones muy positivas por parte de las principales casas de bolsa y bancos de negocios del mundo, los que realmente mueven el mercado de valores. Merryll Lynch, incluso, ha llegado a decir en un informe reciente que Telefónica está dando los pasos adecuados y ha recomendado comprar con un precio objetivo a doce meses de 11,25 euros frente a los 10,05 euros de cierre del viernes. JP Morgan Chase, incluso, da un precio objetivo más elevado: 12,5 euros.

Todo ello ha supuesto que, al cierre del viernes, Telefónica llevase una ganancia acumulada del 17,82% respecto al cierre de 2002, un ejercicio en el que la cotización cayó el 29,23%. De hecho, la operadora sería la compañía del Ibex 35 que más ganaría en lo que va de 2003 si no fuera porque recientemente le han arrebatado el liderazgo Metrovacesa y Vallehermoso como consecuencia de las recientes OPAs sobre Dragados y la propia Metrovacesa. El proceso alcista, por ahora, no muestra síntomas de agotamiento. El análisis técnico indica que el dinero vuelve a la operadora y que, si supera la resistencia de los 10,20 euros puede encaminarse con rapidez hacia los 10,80 euros como primer objetivo. El único riesgo que se percibe a corto plazo es que pueda bajar al nivel de lo 9,80 euros en busca de apoyo para realizar un nuevo ataque a la resistencia. El escenario para Telefónica, por tanto, es muy favorable, por supuesto teniendo en cuenta que la guerra con Irak puede trastocarlo todo.

En Opinión