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Emilio J. González

Florentino y Galán o el poder de la lógica del mercado

La estrategia de Florentino y Sánchez Galán ha dejado bien claro que cuando se deja actuar a la lógica del mercado, las cosas salen bien porque a todos les va mucho en el juego.

No hay nada como dejar que el mercado funcione para que sean sus propios agentes quienes resuelvan los problemas, de forma mucho más eficaz, ordenada y tranquila de lo que lo haría el Gobierno. Un ejemplo: la entrada de ACS en Iberdrola.

Iberdrola tenía la necesidad de encontrar socios estratégicos para evitar sucumbir ante una OPA. Razones no le faltaban a la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán. Por un lado, el Deutsche Bank, en un reciente informe sobre el sector energético español, puso a esta compañía y a Unión Fenosa, pero sobre todo a Iberdrola, en el punto de mira de cualquier compañía internacional que quisiera embarcarse en otra OPA en España; por otro, los últimos acontecimientos en torno a Endesa cerraron a Gas Natural y el grupo industrial de La Caixa, a quien pertenece, todas las salidas para hacerse con una eléctrica española, con la excepción de Iberdrola. Sería la tercera vez que lo intentase, pero en Iberdrola ya tienen la lección bien aprendida: desde hace tiempo, sus dirigentes contemplaban esta posibilidad y tenían la estrategia defensiva más que preparada, como ahora empieza a quedar patente por la forma en que se ha ejecutado la entrada de ACS en la eléctrica.

Las conversaciones entre ambas compañías empezaron el pasado mes de julio. Por parte de Iberdrola fueron conducidas personalmente por Ignacio Sánchez Galán, que tenían una gran baza a su favor: Juan Luis Arregui, vicepresidente de la eléctrica y presidente de Ence, la papelera participada por los Albertos, que son uno de los accionistas de referencia de ACS. La constructora que preside Florentino Pérez, por su parte, tiene un interés más que demostrado en el negocio eléctrico, puesto de manifiesto a través de la adquisición de la participación del 22,07% del Santander en Unión Fenosa y de la posterior ampliación de la presencia en el capital de la eléctrica hasta el 35,19%. Por tanto, la alianza lógica para ambas partes surgió de manera natural porque todos tienen mucho que ganar.

A partir de ahora, quedan abiertas las puertas para una posible fusión entre ambas eléctricas si las respectivas juntas de accionistas así lo deciden. De momento, Iberdrola ha conseguido reducir del 76% al 66% el volumen de acciones de la compañía que se negocia libremente en el mercado y conformar un núcleo duro que representa al 34% del capital de la eléctrica. Una posible fusión entre Fenosa e Iberdrola elevaría la participación de la primera en la segunda hasta el 25% y podría dar al núcleo duro de Iberdrola un control directo sobre más del 40% del capital de la empresa. De esta forma, la compañía quedaría a salvo de cualquier intento de OPA hostil, proviniese de donde proviniese.

La estrategia de Florentino y Sánchez Galán ha dejado bien claro que cuando se deja actuar a la lógica del mercado, las cosas salen bien porque a todos les va mucho en el juego. ¡Qué contraste tan grande con la forma en la que el Gobierno quiso entregar Endesa a Gas Natural y como están terminando las cosas!

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