Menú
Emilio J. González

La sonrisa de la Bolsa

En condiciones normales, a la semana de Bolsa que acaba de concluir, en la que el Ibex 35 ha ganado el 6%, al terminar en los 6.258 puntos, y el 14,8% desde el mínimo marcado el pasado 12 de marzo, tendrían que seguirle algunas jornadas de realización de beneficios. El mercado está ante una fuerte resistencia en ese entorno y, en otras circunstancias distintas de las actuales, tendría que corregir algo para volver a coger fuerza en la subida y superar esa barrera. Sin embargo, no nos hallamos en un entorno normal, sino en otro que hasta ahora no se ha dado en la historia bursátil, en el que se combina el inicio de un conflicto bélico importante con una recuperación económica que ya estaría en marcha si no fuera por la caída de las expectativas y de la propia Bolsa provocada por las incertidumbres que rodeaban al asunto de Irak hasta que empezaron los ataques en la madrugada del jueves 20.

Al cierre de la semana bursátil, los mercados descuentan abiertamente por una guerra corta y victoriosa para los Estados Unidos. Esa apuesta se refleja en una subida constante de los índices de las principales plazas financieras del mundo, en muchos casos, además, con volumen de negocio. Si el pronóstico de los inversores se cumple, el escenario que se presenta para la Bolsa española es muy interesante. La ruptura el viernes de la resistencia de los 6.200 puntos en el Ibex 35 y con volumen de negocio puede suponer la continuación de la actual fase alcista, que encontraría una primera resistencia en los 6.600 puntos y una segunda, más fuerte, en los 6.800. La subida, además, encuentra apoyo en los datos macroeconómicos. En España, como en Estados Unidos, los indicadores de actividad están marcando de forma clara el inicio de una recuperación económica que si todavía no se ha consolidado es debido a las incertidumbres que han rodeado al conflicto de Irak, su inicio y duración. Estas incertidumbres han hundido las expectativas de los consumidores y empresarios y ahora que se están despejando pueden mejorarlas; esto es lo que se desprende de la forma en que está entrando el dinero en la Bolsa. Esa mejora de expectativas es, probablemente, el elemento que falta para consolidar el inicio de la reactivación económica.

Las Bolsas suelen anticipan en seis meses el cambio de signo en la coyuntura económica. En este caso, sin embargo, no lo han hecho porque estaba de por medio el conflicto de Irak. Si éste se resuelve tal y como esperan los mercados, la Bolsa se puede disparar al alza, tanto por la euforia post guerra como por esa recuperación económica que hasta ahora no ha descontado. Los analistas, de hecho, estiman que, con el final de la guerra, el Ibex 35 puede subir entre un 15% y un 30% en quince días sobre los niveles actuales.

Por desgracia, la realidad nos ha enseñado en más de una ocasión que, como decía John Lennon, la vida es lo que pasa mientras se hacen planes. Por ello, junto al escenario tan optimista que hoy barajan los mercados, hay que considerar el otro extremo, el del escenario más negativo. Cuando en un conflicto como el actual anda de por medio un tipo como Sadam Hussein, todo es posible, incluido que, viendo la inminencia de la derrota, quiera vender cara la misma y cometa cualquier atrocidad, por no hablar de lo que les puede esperar a las tropas estadounidenses y británicas en las proximidades de Bagdad o de Kirkuk, porque lo que han hecho hasta ahora ha sido un paseo militar, en su sentido más estricto, ya que apenas han encontrado resistencia. Ese escenario también hay que tenerle en cuenta, sobre todo porque si tenemos la desgracia de que se materialice, el desplome de la Bolsa muy probablemente estará servido.

En Opinión